Violencia en el Instituto Nacional
A propósito del debate generado por los hechos delictuales y la presencia de fuerzas especiales de Carabineros en el Instituto Nacional, es necesario formular preguntas precisas al momento de efectuar el análisis: ¿cómo se llega a esta escalada de violencia?, ¿qué sucede con los adultos responsables de los jóvenes que muestran conductas delictivas en el establecimiento?, ¿tiene este fenómeno alguna relación con la casi nula inclusión de aspectos socio-emocionales en el plan de estudios?
Es importante tomar medidas para interrumpir la violencia en el corto plazo y construir ambientes seguros para todos los actores de la comunidad escolar. Esto implica que estudiantes, profesores, apoderados se sientan validados y acogidos y se refuercen las estrategias no violentas de resolución de conflictos.
A su vez, las familias deben cumplir su función de cuidado, protección y socialización de cada uno de sus miembros, además de ejercer su función formativa y educativa, concretando acciones de guía y apoyo si es pertinente. Así, no es posible eludir el rol de supervisión que les corresponde en el desarrollo, emisión y extinción del comportamiento violento de sus miembros.
La crisis anterior se agudiza si se considera el bajo valor que hoy se le otorga en la formación escolar al desarrollo de habilidades emocionales y sociales por parte de los estudiantes y el escaso apoyo que los docentes reciben para ello.
El problema tiene varias dimensiones que requieren ser abordadas intersectorial e interdisciplinariamente.
