Hero Image

UDD en la Prensa

Veto al crecimiento inclusivo

 Hernán Cheyre
Hernán Cheyre Director del Centro de Investigación Empresa y Sociedad, CIES

El veto que interpuso el gobierno al proyecto de reforma laboral constituye una mala noticia para los emprendedores y para los trabajadores chilenos.
El mayor grado de conflicto que va a prevalecer en las relaciones laborales, en el marco de un desbalance de las condiciones bajo las cuales se van a desarrollar las negociaciones colectivas, va a entorpecer el potencial de generación de empleos en el país.
Lo paradójico de esta situación es que la dirección de estos cambios está siendo absolutamente contradictoria con el discurso oficial que apunta a aumentar la productividad para generar un crecimiento más inclusivo, democratizando el emprendimiento y buscando una inserción global más profunda en la economía del conocimiento.
Para que los emprendedores puedan desplegar su talento con el máximo potencial resulta clave poder conseguir el recurso humano requerido bajo un marco regulatorio que les permita operar en forma flexible.
Es de la esencia de los cambios tecnológicos que se están produciendo en esta primera parte del siglo 21, así como de las nuevas opciones que ofrece la economía digital, el poder desenvolverse con mucha flexibilidad.
No se trata de pedir un privilegio para algunos, sino que de una necesidad de todos, trabajadores y empresarios.
De lo contrario, se les va a cortar las alas a los emprendedores con potencial y se va a perjudicar a los trabajadores que podrían prestar servicios en esos emprendimientos.
No hay que olvidar que son las nuevas empresas las principales generadoras de empleo en una economía, y que es el crecimiento de las empresas el que permita acceder a las ganancias de productividad, principal falencia de la economía chilena en los tiempos actuales.
El único punto en que el proyecto avanzaba con una perspectiva de futuro –la adaptabilidad pactada de la jornada de trabajo- fue eliminado como consecuencia del veto presidencial.
De esta forma, inexplicablemente se les está quitando a los emprendedores la posibilidad de poder negociar con sus trabajadores una jornada de trabajo que sea beneficiosa para ambas partes.
Si a esto se agrega que el nuevo cuerpo legal no contempla la posibilidad de reemplazar trabajadores en caso de huelga, y que se abre la opción a que las negociaciones colectivas puedan realizarse a nivel de sindicatos interempresa, el panorama para las pymes no puede ser sino preocupante.
Las empresas grandes también se verán afectadas, por cierto, pero las empresas de menor tamaño tienen una menor capacidad para hacer frente a huelgas sin reemplazo y a negociaciones en las que se les pretenderá imponer la realidad de otras empresas, con lo cual terminarán debilitadas y ciertamente afectadas en su capacidad de crecimiento, elemento fundamental para que las ganancias de productividad puedan materializarse.
El efecto negativo que surge de este cuadro supera con creces todo lo positivo que está contenido en los programas de apoyo directo al emprendimiento que el Gobierno acertadamente está promoviendo desde otras instancias.
Ayer, por ejemplo, conocimos la buena noticia de la creación de la ventanilla única Escritorio Empresa por parte del Ministerio de Economía, que se enmarca en la Agenda de Productividad en marcha.
Pero, ¿de qué sirven iniciativas como esta, si en forma simultánea se castiga a los emprendedores con una reforma laboral que mira por el espejo retrovisor? ¿Por qué no haber aprovechado esta oportunidad para avanzar en la incorporación de la mujer y de los jóvenes a las actividades productivas, materias en las que Chile tiene un déficit y donde se puede lograr bastante en materia de productividad? Lamentablemente, el veto a la adaptabilidad se va a transformar en un veto al crecimiento de la economía, en un veto a la inclusión social a través del emprendimiento, y en un veto a la productividad.
Aprovechando la institucionalidad vigente, sería interesante conocer la opinión que sobre estas materias tiene la Comisión Nacional de Productividad que formó el Gobierno.
Sus conclusiones serían un aporte de gran utilidad para el debate público de estos temas.