Valor compartido
Según Michael Porter y Mark Kramer, «el valor compartido no es responsabilidad social corporativa ni filantropía, sino una nueva forma de lograr el éxito económico. No está al margen de lo que las empresas hacen, sino que está en el centro».
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) utiliza los activos clave de la empresa para intervenir en temas sociales o medioambientales y crear valor económico indirecto (por ejemplo, mitigar el riesgo reputacional, cultivar relaciones). Del mismo modo, la filantropía permite que una empresa satisfaga algunas expectativas de la comunidad generando al mismo tiempo una buena voluntad hacia la empresa.
Ambos enfoques presentan limitaciones en la escala del impacto económico y social que pueden lograr dada su limitada conexión con la competitividad empresarial. Por el contrario, valor compartido forma parte integral de la rentabilidad y posición competitiva de una empresa.
Al expandir su entendimiento tradicional del rol de los negocios en la sociedad para incluir las necesidades sociales ligadas a su competitividad, las empresas pueden generar nuevo valor económico y social. Y es en este punto donde el emprendimiento juega un rol fundamental, las grandes empresas y el gobierno tienen la capacidad de visibilizar problemas sociales y, en conjunto con emprendedores locales, desarrollar soluciones que permitan a toda la comunidad mejorar sus estándares de vida.
Los emprendedores pueden ayudar a aumentar la propia competitividad de las grandes empresas al trabajar conjuntamente con ellas, permitiendo reducción de costos, aumentar la productividad y la innovación, descubrir nuevas fuentes de ingresos y asegurar nuevos canales de abastecimiento y distribución. Para apoyar a los emprendedores, es necesario que las compañías identifiquen oportunidades específicas y determinen en qué los pueden ayudar mejor. Las empresas deberían establecer objetivos mutuos con sus socios e incentivar la inversión compartida a fin de garantizar que todos estén comprometidos con lograr el éxito.
El apoyo a los emprendedores debería ser flexible para adaptarse a los desafíos y resultados específicos definidos. Asimismo, deberían medirse indicadores relevantes que permitan verificar avances respecto a los objetivos establecidos.
En este sentido, es importante aprovechar esta nueva estrategia de valor compartido y, a través de la matriz productiva de la Región del Biobío, trabajar en conjunto empresas, gobierno, universidades y emprendedores, buscando nuevas oportunidades para la región, que a la vez solucionen de manera escalable los problemas sociales.
Es importante aprovechar esta estrategia de valor compartido y, a través de la matriz productiva, que trabajen empresas, gobierno universidades y emprendedores en conjunto.