Un aporte para un Chile mejor
Para la Universidad del Desarrollo es un motivo de gran alegría felicitar a PULSO por cumplir 4 años de vida, informando cada día a los chilenos con ética, dedicación y profesionalismo, con «pasión por los negocios» tal como dice su lema, logrando sumar cada vez a nuevos públicos entre sus lectores. Sin duda, ello representa un logro para cualquier medio escrito y además un valioso aporte al periodismo nacional.
Hoy se materializa una alianza entre diario PULSO y la Universidad del Desarrollo, cuyo primer fruto se publica en las páginas de esta edición especial: el estudio «Chile en 2015: Qué vemos, cómo nos vemos y qué hacemos los chilenos», un completo trabajo de investigación realizado con la colaboración y apoyo de la Facultades de Gobierno, Comunicaciones, y Economía y Negocios de la UDD y que tiene por objeto conocer cuál es la percepción de los chilenos acerca de su nivel educativo, situación laboral y oportunidades de desarrollo; cómo las evalúan respecto de las que tuvieron sus padres y cómo esperan que sean las que tengan sus hijos en el futuro.
En este sondeo también quisimos conocer cuál es el juicio que tiene la sociedad chilena sobre sus empresas, cómo evalúa su comportamiento frente a sus trabajadores, ante la ciudadanía y con el medio ambiente. Asimismo, investigamos sobre las expectativas que tienen los emprendedores sobre el porvenir de la economía nacional y, además, cuáles son los medios de prensa que prefieren los chilenos para informarse, con qué frecuencia lo hacen y cómo utilizan las redes sociales. En definitiva, se trata de un trabajo valioso que profundiza sobre las percepciones y comportamientos de los chilenos, por lo que representa una herramienta muy útil para la toma de decisiones tanto en el ámbito público como en el privado.
Al ver los resultados obtenidos en este trabajo, especialmente los consignados en el capítulo «El sueño chileno» podemos observar que la mayoría de los chilenos están muy conscientes de los profundos cambios positivos que ha experimentado el país en las últimas décadas. Ello explica, por ejemplo, que la mayoría de los encuestados consideren que su calidad de vida es sustancialmente mejor en comparación con la que tuvieron sus padres y abuelos.
Y que además esperen que la que tengan sus hijos en el futuro sea también superior. La conciencia de vivir en un país que progresa subyace en la certeza de que el presente es mejor que el pasado y, a la vez, en la expectativa de que el porvenir sea mejor que el presente.
Durante sus 25 años de vida, nuestra Universidad ha sido testigo presencial de los avances del país. En 1990, el mismo año en que se inauguraba la UDD en Concepción con 100 alumnos de Ingeniería Comercial, Chile contaba con menos de 300 mil alumnos inscritos en la educación superior. Hoy nuestra Universidad es la casa de estudios de más de 13.500 alumnos y en Chile más de 1 millón de jóvenes se encuentran matriculados en la educación superior. Con razón algunos han calificado a estas últimas décadas como el periodo de mayor progreso alcanzado por Chile en su historia, juicio que no implica negar o ignorar la existencia de urgentes desafíos sociales, culturales, políticos y económicos.
Desafíos sociales, como continuar disminuyendo la pobreza y encarar de una vez el envejecimiento de nuestra población. Culturales, como profundizar en todos los ámbitos de la sociedad la meritocracia y la igualdad de oportunidades; restaurar la deteriorada confianza ciudadana en nuestras autoridades y también entre nosotros; y fomentar el cumplimiento de nuestros deberes, con el mismo celo con que ejercemos nuestros derechos. Políticos, como modernizar y hacer más transparente a los poderes y la administración del Estado, las instituciones de la República y los partidos políticos. Y económicos, como aumentar la inversión en ciencia tecnología e innovación, multiplicar las oportunidades para emprender; y hacer más competitiva, transparente y abierta al mundo a nuestra economía social de mercado.
Para superar estos y otros desafíos es imperativo desechar tanto las visiones complacientes de quienes creen que, sin importar lo que hagamos, inexorablemente llegaremos al desarrollo, como también la de aquellos que, desde el otro extremo, piensan que en Chile todo está mal, por lo que se empeñan en refundar las bases del país para encausarlo hacia rumbos que ya hemos recorrido y también descartado porque lejos de conducirnos a una sociedad más justa, nos llevaron al fracaso y la división. Aunque contrapuestas, ambas visiones tienen en común la falta de apego a la realidad.
Por eso, uno de los aportes más valiosos de los estudios de opinión, como el que hoy publicamos con PULSO, es contribuir con datos objetivos a configurar el mapa de la realidad que estamos viviendo, pues si no sabemos dónde y cómo estamos, difícilmente podremos saber hacia dónde vamos.
La alianza que hoy nace entre PULSO y la Universidad del Desarrollo, continuará dando frutos en el futuro que seguirán contribuyendo con rigor y profesionalismo a la formación de un mejor y más profundo conocimiento y comprensión de lo que piensan, sienten y desean los chilenos.