Traigan ideas que dinero sobra
Existen 23 fondos de capital de riesgo en Chile. Pero en la realidad la mayoría de las inversiones se orienta a reestructuración o crecimiento de empresas establecidas.Como una manera de despertar el interés por financiar empresas innovadoras, el gobierno ha impulsado Start-up Chile, una política de importación de emprendedores.
Start-up Chile atrae personas de todo el mundo para que inicien sus negocios en Chile. A cambio, se ofrece visa de trabajo, US$40 mil, acceso a inversionistas y oficina gratis. El propósito del programa es elevar los estándares locales de emprendimiento e inversión de riesgo, objetivo que ha sido difícil de cumplir.
Los extranjeros dicen que los inversionistas chilenos piden mucha propiedad, tienen poca capacidad técnica y son burocráticos. Los inversionistas chilenos dicen que las ideas que han escuchado no son mejores que lo que había.Los programas de selección de emprendedores se enfrentan siempre a la paradoja de seleccionar a los mejores entre los que no supieron sobrevivir sin ayuda estatal. O bien, seleccionar al que sin ayuda habría surgido igual.
Es difícil anticipar quién se convertirá en un emprendedor de alto impacto. 80% los emprendedores deja de crecer al tercer año y 70% cierra al año siete. Sólo 3% de los sobrevivientes termina siendo un negocio de alto impacto que crece a tasas del 100% anual, exporta y emplea gente. Esto es aproximadamente uno de cada 500 negocios que se crean.
En Chile, del 26% que dice estar iniciando un negocio, sólo un 8% al final lo logra. Si sólo uno de cada 500 emprendimiento termina siendo un hit, la probabilidad de encontrar ese uno entre los mil que se espera “importar” son para estar optimistas. Ese negocio que iba a nacer en Argentina, Portland, París o Dubai (con o sin ayuda estatal), gracias a Start-up podría nacer en Chile. Un emprendimiento de alto impacto podría pagar con creces el costo del programa entero.
Además, hay externalidades positivas no observables en cuanto a imagen país, transformación cultural y transferencia de conocimiento entre emprendedores locales y extranjeros. Aun cuando no surja el emprendedor de alto impacto, estaré en la fila de los que creyeron en la idea. Mal que mal, cuando se trata de emprendimiento e innovación, es más frecuente pedir perdón que pedir permiso.