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UDD en la Prensa

Temporada de conejos

 Gonzalo Müller O.
Gonzalo Müller O. Investigador Centro de Políticas Públicas

Estas semanas se han multiplicado las declaraciones en torno al tema de las candidaturas presidenciales. Desde los sutiles “lo estoy pensando” hasta los que amenazan con ir a primera vuelta. La razón es una sola, quien no levante la mano hoy no será considerado en las mediciones que marcan el inicio de esta competencia por llegar a La Moneda.
Más allá de los tiempos políticos, y de que estamos a tres meses de la elección municipal, el tema presidencial domina la escena. Pensando en que en noviembre se declara abierta la temporada de candidatos a presidente, y que el resultado municipal de cada partido y coalición marcará el inicio de esta carrera, es la última oportunidad para quienes esperan ser considerados en esta batalla. Total hoy proclamarse precandidato presidencial no pasa de ser una declaración de intenciones, algo que todavía busca más un estatus ante los medios y los partidos que un verdadero esfuerzo de campaña.
Así se entiende la gran cantidad de interesados en cada bloque político por ser candidato. No importa todavía la realidad de los apoyos y votos, sino sólo el interés de ser considerado en este selecto club. Una primera manera de categorizar a estos precandidatos es escucharlos. Si niegan serlo es porque todos creen que son candidatos y tienen al menos hoy una gran opción de llegar a la papeleta. Estos son los menos. En cambio hay otro grupo, el mayoritario, el de quienes esperan ser considerados y luchan por ser nombrados como candidatos. Ellos mismos hablan expresamente de sus posibilidades e intenciones de competir, aunque en concreto no pasen más allá de estas declaraciones.
Pero la realidad y la historia nos dice que no serán los partidos ni los cupos administrativos los que se harán presentes en la competencia. Ya en noviembre viene una primera selección. Porque si bien hoy es gratis declararse candidato, el penúltimo mes del año viene la presión de los partidos por contar con reales apoyos y posibilidades. Ese momento reducirá la lista a los con más probabilidades o a aquellos que logren darle algún sentido a sus candidaturas, camino a las primarias presidenciales de junio. Mecanismo en el cual cada uno de los grandes bloques aspira a que la competencia y el apoyo ciudadano defina un candidato único que los represente en la primera vuelta.
Pero esta lógica tradicional se ve desafiada también por la fuerte fragmentación de nuestra política, ya son varios los candidatos que declaran que su intención es llegar a una primera vuelta, rompiendo el camino institucional y aspirando a capitalizar el descontento ciudadano con la política. Apuesta arriesgada que exige permanentes pruebas de que no se opera con la lógica tradicional. Recordemos la incómoda situación de Marco Enríquez-Ominami cediendo a la presión de votar por Eduardo Frei en segunda vuelta a regañadientes en 2010.
Pero este clima de candidaturas pasará, o se sumergirá al menos hasta noviembre. Ya conoceremos en agosto en la encuesta CEP si cada una de las volteretas y piruetas de estas semanas rindió efecto y ayudó a posicionar en nuestras mentes a cada uno de los protagonistas de esta verdadera temporada de conejos.

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