Tareas escolares
Se ha discutido mucho acerca del proyecto de ley para eliminar las tareas. Parlamentarios, expertos y padres han dado a conocer sus posturas, dejando de lado un factor sumamente importante: la profesionalidad del docente. Legislar sobre la posibilidad de que un docente envíe tareas es desacreditarlo como profesional y no valorar su autonomía y criterio.
Cada profesor debe ser capaz de conocer a sus alumnos y entender la realidad en que viven a nivel social, familiar y económico. Considerando esos aspectos debe tener claridad respecto de los trabajos que sus alumnos son capaces de hacer, ya que las tareas no debieran atentar contra la vida familiar, y efectivamente pueden ser una oportunidad de profundizar y extender el aprendizaje.
Las reformas que realicemos para mejorar la calidad de la educación deben valorar a los profesores y respaldar su calidad como expertos en la toma de decisiones pedagógicas; de lo contrario, un próximo proyecto de ley podría prohibir a los médicos dar indicaciones al paciente para realizar en su casa, puesto que esto podría implicar un agobio para él y para quienes estén a su cargo.
Las facultades de educación estamos haciendo un gran esfuerzo por formar profesores con altos estándares, uno de los cuales es el profesionalismo que apela a la confianza en la profesión y su valoración en la sociedad. Esta ley aporta a su desvalorización, lo que no es aceptable, menos en un momento en el que la sociedad reconoce la necesidad de elevar el estatus de nuestra profesión.