SVS y la Autorregulación de Directorios
Incrementar la transparencia y estimular un mayor profesionalismo en los directorios es el desafío que se impuso la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) al instaurar la nueva normativa de «Autoevaluación de Cumplimiento de Estándares de Buen Gobierno Corporativo».
Si bien esta iniciativa de autorregulación debería haber surgido desde el propio establishment local, fue la SVS la que de una forma sutil y rigurosa hizo un llamado a aumentar la transparencia y confiablidad. Chile debería haberse movido en esta dirección hace mucho tiempo, sobre todo cuando la orientación de cualquier empresa debiese ser la mejora continua. Sin embargo, y cuando un organismo como la Superintendencia decide normar al respecto, la respuesta no ha sido del todo optimista por parte de los involucrados, quienes miran con reticencia, y cierta actitud defensiva, la idea de comenzar a informar y dar cuenta pública de sus prácticas.
Asimismo, y pese a que se trata de un gran avance en materia de gobierno corporativo, hay puntos que por la amplitud que tiene esta normativa quedan relegados. Entre ellos cabría incluir un análisis de los comportamientos de los directores controladores respecto a los que representan a los minoritarios, la profesionalización de las prácticas directivas vía mayor y mejor fluidez en la información a los directores o la incorporación de su agenda anual. Así también, se debería considerar convertir | en norma el retiro estratégico anual del directorio, asegurar un j mejor perfilamiento del rol del presidente, un efectivo desarrollo ! de la función de secretario del directorio (más allá de la mera tarea de «escribano») y asumir la necesidad de que el directorio se reúna a puerta cerrada sin el gerente general. Estas, entre otras iniciativas, contribuirían efectivamente a mejorar la calidad del trabajo directivo, proyectando una mejor imagen y fortaleciendo la impecabilidad a que están llamados quienes lideran el gobierno corporativo.