El sentido poco común
Es de sentido común, dicen algunos, que le quitemos a los ricos para darle a los más pobres. Que el Estado pague la educación, la pensión y tantas otras cosas. Que fijemos los precios para evitar los abusos. Que sea la ley la que nos haga ser un país más solidario. Es de perogrullo sostener que todo aquello que aspiramos como sociedad se puede lograr con simples medidas. Si no somos todavía un país desarrollado es simplemente porque los poderes fácticos, los poderosos, se confabulan y no lo permiten.
Será entonces una ley la que resolverá nuestros problemas y será el Estado el que se hará cargo de todo aquello que nos hace falta. Es tan fácil construir un país moderno y justo. Si tan sólo la clase política fuera valiente y tomara al fin el toro por las astas, todo se resolvería… es de sentido común. También es de sentido común que el sol gira en torno a la tierra.
¿Sí? Obvio, cada mañana nos levantamos y vemos durante el día que el sol sale por un lado, avanza y se pone por el otro. Pero sabemos que la cosa en realidad es completamente al revés. ¿Y cómo supimos esto? A nuestro a veces sobrevalorado sentido común le agregamos eso que se echa tanto de menos en la discusión actual: calma, análisis, reflexión, lógica. Aplicamos todas aquellas virtudes que nos llevan a descubrir que muchas veces aquellas cosas que parecen obvias, y de sentido común, en realidad no lo son.
Se ha ido instalando en Chile un concepto que es la madre de todas las ideas equivocadas: «el problema de Chile no es la falta de riqueza, sino que la distribución de ésta». Mucha gente, por «sentido común», ha comprado esta idea. Ya no se discute, es una verdad revelada. Sin embargo, basta sólo un poco de análisis serio para concluir que es una idea equivocada. Sería ambicioso elaborar en esta columna las muchas razones para contradecir esta idea, pero baste por ahora decir que la historia de la humanidad muestra que los países que han alcanzado el desarrollo lo han hecho en base a una estrategia que prioriza la creación de riqueza. La solución de nuestros problemas y la construcción de un país mejor para todos sí pasa por crear más riqueza. Deberíamos generar las condiciones adecuadas para que esto ocurra, justo lo contrario a lo que estamos haciendo. Sentido común, según la Real Academia Española, se define como capacidad para entender o juzgar de forma razonable.
Eso es justo lo que se echa de menos hoy. Que a la hora de proponer soluciones a los problemas que todos vemos, se aplique la razonabilidad, que se entienda que las decisiones tienen consecuencias y que la magia no existe. Cuando no se crea riqueza, no hay cómo progresar, y por muy voluntaristas que seamos, no podremos tener un país mejor. El problema de Chile, a la hora de proponer soluciones y analizar sus efectos, es la falta de sentido común correcto, a esta altura un sentido poco común