Respuesta a Bolivia
Evo Morales demostró su inmensa capacidad de escalar una crisis, con la particularidad de que sus provocaciones provienen de la posición del adversario chico e irresponsable, hacia uno grande que no reacciona, porque su reacción podría ser vista como abusiva.
A la visita inamistosa y provocadora de Choquehuanca se suma el regalo de 30 tanques chinos a Bolivia, obsequio que le dio valor al canciller de ese país para sacar a relucir su disposición a derramar sangre por el Lauca. Luego, en medio de ejercicios militares, Evo Morales impuso a sus Fuerzas Armadas estar listas para defender sus recursos naturales.
Al inicio la aventura de Evo era testimonial y despertaba simpatías incluso entre autoridades chilenas. Hoy está respaldando sus declaraciones con demostraciones de sus FF.AA., cambiando el tono, pero Chile sigue sin reaccionar.
¿No es hora de tensionar la relación hasta que la contramedida de Evo sea tan grave que no la pueda tomar? ¿No habrá llegado el momento de entender la maniobra político-estratégica y enfrentarla? ¿No será momento de repensar el fundamento de que el Tratado es inamovible, y asumir que la ruta de la crisis ya no es la línea del derecho y se traspasó a la política?
Es primordial dar seriedad a lo que está pasando. A veces golpear la mesa desde el nivel más alto del Estado puede resultar fundamental en una crisis; tenemos el poder y la capacidad para salirnos de nuestro idealismo histórico y aventurarnos en el realismo político.