PSU: Sin segundas oportunidades
En la discusión sobre admisión a la educación superior en Chile, hemos tenido mucha consideración por los estudiantes que tienen mal rendimiento en la PSU, porque no tuvieron acceso a los conocimientos que mide.
En vez de corregir la matriz de contenidos de la PSU -la solución más sensata-, hemos avanzado hacia la sobreponderación del desempeño en enseñanza media ( ranking y NEM suman cerca de 40%).
Al elegir esa solución, nos olvidamos de que hay otro grupo de jóvenes que han tenido un desempeño mediocre en la escuela, a veces por razones ajenas al esfuerzo o la capacidad.
El sistema de admisión que hemos ido construyendo obliga a que los estudiantes de entre 14 y 18 años se jueguen su futuro, porque no tendrán una segunda oportunidad.
Son solo niños de 14 años cuando les decimos que por muy bien que les vaya en la PSU a los 18, a los 22 o a los 30, no se podrán sacar de encima nunca el lastre de sus notas de educación media.Si queremos potenciar el objetivo de la diversidad en el acceso a la universidad, es correcto sobrevalorar el desempeño escolar, pero solo para esos casos particulares que necesitan dicho apoyo.
El resto de los alumnos debiera acceder a la educación superior selectiva con base en un puntaje que considere en forma mayoritaria el desempeño en una prueba estandarizada justa y bien construida técnicamente.
La clave está en que cada uno de los alumnos perciba que hay un camino viable para su condición particular.
Cuando la sobrevaloración de notas es para todos, beneficiamos a un grupo, pero de pasada perjudicamos a otro y cerramos la puerta a quienes quisieran tener una segunda oportunidad.El sistema de admisión chileno debiera indagar alternativas de estimación de puntaje único, nutriéndose de experiencias de países desarrollados.
Que el nuevo consejo técnico a cargo del sistema de admisión tenga integrantes internacionales es una buena noticia.
Ojalá sus miembros sean elegidos pensando en el bienestar de los estudiantes y la justicia del sistema de selección en la mira