Progreso, Sociedad Civil y Desarrollo Tecnológico
Si ingresa al sitio web del Ministerio de Ciencia, Información y Tecnologías de Corea del Sur, leerá la siguiente frase: “La República de Corea se sube al gran desafío de la cuarta revolución industrial”. Pero ¿qué dice el nuestro? Nada, nuestro ministerio sigue esperando en el parlamento.
No soy de aquellos que cree que el ministerio es la gran solución a nuestros desafíos, sino que cifro mis esperanzas en la sociedad civil. No como una contradicción al rol de Estado, sino como un énfasis respecto de dónde reside realmente el desafío de avanzar hacia un país más desarrollado.
Inglaterra lo demostró en la primera revolución industrial: se subió a este proceso y lo lideró, se desarrolló como país y logró un gran progreso social. Lo logró no gracias a un robusto sistema estatal para la promoción y planificación de la ciencia y la tecnología, sino por generar las condiciones para que las empresas y las personas pudieran crear valor usando la tecnología.
Se generó así un círculo virtuoso de creatividad y desarrollo científico-tecnológico. Lo fundamental en un proceso como éste es el rol de la sociedad civil, pero lamentablemente la discusión sobre nuestra institucionalidad minimiza este importante aspecto.
Veamos el caso de nuestro Ministerio de Ciencia y Tecnología, que está trancado en el parlamento por la discusión en torno a los derechos del Estado sobre la propiedad intelectual ¿Por qué el Estado financia ciencia? Porque suponemos que existe una falla de mercado ¿Por qué quiere resolver esta falla? Porque suponemos que ese dinero, que podría ser invertido en otras necesidades sociales, tiene un retorno social y económico superior ¿En qué se traduce ese retorno? En que alguna ciencia alcanza niveles de desarrollo tecnológico que genera valor social y económico.
El país progresa porque se genera riqueza, desarrollo social y, además, porque el Estado obtiene nuevos recursos a través de mayor recaudación en impuestos ¿Cuál debe ser entonces la lógica detrás de una institucionalidad? Lograr que este círculo virtuoso funcione. Es por eso que no se entiende que algunos promuevan que el Estado deba tener privilegios sobre la propiedad intelectual generada. Se desvirtúa una vez más el rol que el Estado está llamado a jugar ¿Por qué? porque el foco del desarrollo del país se pone equivocadamente en lo que el Estado debe hacer en ámbitos en que son las personas y la sociedad civil los llamados a actuar.
Tanto respecto del caso particular, como de otras políticas públicas, deberíamos siempre recordar que el desarrollo de los países lo producen las personas, las organizaciones, las empresas, es decir, la sociedad civil.