Proceso de autoevaluación de directorios
El 30 de junio ha vencido el plazo para que los directores de empresas abiertas a la bolsa expresaran si han adoptado o no las 19 prácticas de buen gobierno corporativo propuestas por la SVS. Pero, más allá de que hay aspectos mejorables y perfectibles, lo importante es valorar esta iniciativa como un paso adelante en transparencia.
No podemos dejar de lado que los movimientos sociales y la ciudadanía en general han hecho suya la demanda colectiva por mayor información y transparencia. Es por ello que las sociedades anónimas no pueden quedar ajenas a esta realidad y deben generar políticas de buenas prácticas que ayuden a transmitir una señal de eficiencia, confianza y seguridad no sólo para los accionistas, sino para la opinión pública.
Hay muchos directorios que han adoptado buenas prácticas y han hecho de la transparencia y el buen funcionamiento uno de los ejes de su trabajo. No sólo se ha dado mayor importancia a la función auditora del directorio, sino que junto con ello se ha debatido sobre la importancia de un gobierno corporativo bien constituido y con multiplicidad de roles, donde no sólo se vele por el sano funcionamiento del área financiera, sino que también entregue a la compañía una visión amplia del presente y también de escenarios futuros.
Es la capacidad de entregar estas directrices a nivel estratégico las que también reflejan el buen funcionamiento del gobierno corporativo. Ello sólo se logra cuando éste está conformado por directores que sean capaces de detectar anomalías en los estados financieros y por otros que sean capaces de tener una visión más global de la sociedad y anticiparse a los cambios que pueden afectar, por ejemplo, la conducta de los consumidores.
Más allá de aprobar o emitir juicios sobre esta normativa, es importante verla como una invitación a los directorios a mirarse a sí mismos, evaluarse, cuestionarse y plantearse temas y preguntas que no se habían discutido. Este proceso es la clave.