Proceso de Aprendizaje
La estrategia de presentar un recurso para solicitar la incompetencia de La Haya en la demanda presentada por Bolivia es una decisión que recibió apoyo mayoritario en su momento y la Presidenta Bachelet aplicó un recurso procesal que la coyuntura política y la sensibilidad nacional del momento así lo requerían.
Con la misma claridad, señalar que hoy debemos reconocer que la centralidad del proceso de defensa en la solicitud de incompetencia fracasó y el resultado de la sentencia es demasiado abrumador; también es un fracaso el seguir difundiendo estrategias triunfalistas, minimizando las argumentaciones de los adversarios, que para el caso boliviano estuvieron al borde del menosprecio.
Desde un principio estaba claro que Bolivia no estaba solicitando modificar el Tratado de 1904. Bolivia demandó el cumplimiento de iniciativas o «compromisos» que Chile habría realizado en materia de negociaciones para un acceso soberano al Océano Pacífico y solicitaba que la Corte sancionara la obligatoriedad de las mismas con un plazo prudencial de negociación.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de todas maneras trató de ser salomónica en su decisión, falla en contra de Chile al decidir por aplastante mayoría que es competente para ver la materia, pero también falla contra Bolivia al redefinir el objeto del caso y limitar su pretensión.
De por sí el tema, hasta el momento, es un claro éxito para Bolivia por el posicionamiento que logró para su aspiración-reivindicación, los apoyos recibidos así lo mostraron (no olvidar las intervenciones del Vicepresidente de Argentina, de Ollanta Humala, Rafael Correa y Nicolás Maduro) y Chile debió actuar con una estrategia reactiva para tratar de neutralizar una toma de posición que ya se había manifestado por parte de los actores mencionados.