Prevenir las Crisis del Futuro, Promover el Desarrollo Justo
Los mercados están en constante innovación financiera, desarrollando nuevos instrumentos contratos y formas de organización que permitan a las contrapartes nuevas formas de ahorrar obtener retornos razonables y diversificar riesgos en forma transparente. Como en el resto del mundo, esta constante innovación financiera ha superado la capacidad de nuestra institucionalidad de supervisión y regulación, la que basada en superintendencias sectoriales y jefaturas unipersonales, dependientes del Presidente de la República, presentan brechas para prevenir los riesgos que pudieran incubar las futuras crisis.
En lo central, estas brechas se refieren a la capacidad efectiva de monitorear adecuadamente los riesgos en los importantes conglomerados financieros, en un contexto de creciente internacionalización, complejización y diferenciación de los agentes, mercados, contratos e instrumentos. Estos fenómenos han desdibujado la diferenciación entre las jurisdicciones regulatorias, mercados, entidades regulatorias y reguladas, e instrumentos y contratos financieros. Las recientes crisis en vanas economías avanzadas han puesto en evidencia los rezagos y vados regulatorios y de supervisión, así como la dificultad de mantener a un mismo nivel de consideración tanto el monitoreo de la solvencia de las instituciones financieras, como la integridad, eficiencia y equidad de los mercados entidades y consumidores que participan.
El próximo proyecto de ley sobre transformación de la SVS a una Comisión de Valores y Seguros, representa un importante avance al respecto. La creación de un órgano colegiado e independiente contribuirá a una mayor objetividad en el ejercido de la supervisión y regulación. Sin embargo, en el camino de prevenir las crisis del futuro y promover el desarrollo justo en nuestro país, queda pendiente resolver la dualidad institucional con el Sernac financiero en la defensa del consumidor, así como la regulación de la conducta en los mercados.