Plebiscito constitucional: ¡esto no es todo amigos!
¡Esto es todo amigos! Era una frase con que terminaba una de mis series favoritas de la infancia. Indicaba que el capítulo había terminado y que, por lo tanto, no quedaba nada más que ver, había llegado a su fin. El día de mañana no escucharemos eso. Independiente del resultado que tengamos en el plebiscito, la frase que más escucharemos será «¡Esto no es todo amigos!». La gran mayoría de las fuerzas políticas del país, durante el proceso de campaña de este plebiscito, se ha comprometido a mejorar el borrador presentado por la Convención. ¿Cómo es posible un hecho de estas características? Esto se explica porque la Convención fracasó en el único mandato que tenía: preparar una buena propuesta de Constitución que pudiera interpretar a gran parte del país. A menos que ocurra un hecho insospechado, ninguna opción será mayoritariamente aceptada.
¿Qué debería pasar el día lunes? Obviamente los escenarios van a depender del resultado del día domingo. Mucho se ha especulado sobre la importancia en la diferencia de votos que pueda existir entre ambas opciones. Tengo la impresión que esto no será fundamental en las consecuencias políticas. Los escenarios a favor de uno u otro se darán ganando o perdiendo por un voto. La conciencia colectiva interiorizó que el borrador no fue la casa de todos. En el caso que gane el Rechazo va a significar un sismo de importantes dimensiones para el actual gobierno. Debería haber un cambio profundo en el equipo ministerial del Presidente, pero además un cuestionamiento al programa que ha intentado liderar en estos primeros meses. Muchas de las iniciativas del borrador estaban alineadas con él. Las reformas al sistema previsional y tributaria deberían, al menos, ser evaluadas tal y como las conocemos en la actualidad.
El otro elemento fundamental será determinar cómo continuará el proceso constitucional. Pareciera que existe consenso en que el mejor camino será una nueva convención con nuevas normas en el proceso de selección de convencionales. Deberían quedar fuera en esta oportunidad los «experimentos electorales» que se dieron en la primera. Así quedaría fuera la opción de tener listas de independientes y la híper representación de los pueblos originarios. Debiésemos tener plazos más acotados, aprovechando la experiencia anterior. El elemento central será determinar quién liderará este proceso. Todo indica que debiese ser el propio Presidente de la República. Sin embargo, su liderazgo podría verse muy afectado frente a un Congreso que va a querer cobrar sus cuentas.
Un triunfo de la opción Apruebo significará un importante respaldo al actual gobierno, en especial al Presidente Boric, que apostó todo su capital político en esta elección. Se transformó en el verdadero ideólogo de la campaña. Es muy probable que igual decida hacer un cambio ministerial, pero la profundidad debería ser menor que en el caso de una derrota. Acá no existe duda que el Mandatario debería liderar el proceso de reformas a un borrador aprobado, fue él mismo quien logró el acuerdo para que su coalición alcanzara un compromiso de cambio. La duda y el desafío será su capacidad para ordenar el hasta ahora díscolo Partido Comunista, ya que hasta el momento no ha sido fácil su relación y esta será una prueba para determinar su liderazgo.
Lo único cierto hasta ahora es lo que decía mi serie infantil: ¡Esto no es todo amigos!