Pesimismo y desconfianza
Desde hace varios meses la economía nos golpea con cifras negativas, que perjudican la confianza y bajan las expectativas. En consecuencia, aumenta la percepción de que el país está a la deriva y cada día se hace más necesario un golpe de timón, que se traduzca en acciones y señales concretas que reviertan un clima de pesimismo, que amenaza con transformarse en permanente.
En este mismo tiempo, a nivel político, hemos transitado entre los mea culpa y las defensas corporativas, entre los partidarios del realismo y de las reformas estructurales, entre quienes apuntan a un escenario externo negativo y aquellos que dicen que todo se debe a un mal manejo de las prioridades legislativas. En paralelo, las cifras económicas empeoran, generando preocupación no sólo en las autoridades y expertos, sino también en el ciudadano común y corriente, que ve cómo el presupuesto familiar se hace insuficiente.
Es así como el índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora mensualmente el Centro de Estudios en Economía y Negocios, de la Universidad del Desarrollo, alcanzó este mes un valor de -1,2, que se ubicó puntualmente por primera vez en un nivel neutral, luego de un año en niveles pesimistas. Por otro lado, la inflación acumulada en 12 meses llegó a 5%, cifra que incomoda no sólo al Banco Central sino también al mercado. A esto se suma el Imacec de julio de sólo 2,5%, que si bien fue superior a lo esperado, muestra que la economía continúa en una senda de crecimiento bajo.
La desconfianza y la incertidumbre aumentan el pesimismo. Según el sondeo del centro de investigación global Pew Research, Chile es uno de los países donde más ha caído la percepción de la economía a nivel mundial en los últimos doce meses.
Ante la pregunta «¿es la situación económica de su país buena o mala?», sólo un 45% respondió de manera positiva, lo que representa una dramática caída de 24 puntos respecto de la medición de 2014.
En la Región del Biobío, la situación no es mejor. Según una nueva encuesta de percepción de Corbiobio, un 40,3% señaló que con el ingreso familiar «apenas» le alcanza para vivir, un 56,1% que la situación económica familiar está peor que hace 6 meses y un 36,5% que el nivel de endeudamiento dobla su sueldo.
¿Es posible revertir este clima negativo? Sí, pero con un esfuerzo significativo del Gobierno en varias áreas. Lo primero es dar un estímulo importante a la innovación y el emprendimiento, para que impacten positivamente sobre el crecimiento y el empleo. Pero sin duda, también es necesario tranquilizar a los inversionistas, manteniendo claras las reglas del juego, disminuyendo la «incertidumbre constitucional» y modificando la reforma laboral de modo que conserve aspectos fundamentales como el reemplazo, pero aumente la flexibilidad para favorecer a mujeres y jóvenes.