Paradojas de un Plebiscito
No hubo bocinazos el domingo. Plaza Italia lucía como cualquier domingo por la tarde y, salvo algún fanático, no había nadie que celebrara a lo largo de Chile. Se cerraba así un ciclo de 4 años donde estuvimos por algunos momentos a punta de perderlo todo. Nunca olvidemos que hace un poco más de un año -en el Plebiscito del 4 de Septiembre- pudimos ser un país separado en distintas clases de chilenos, con un sistema político sin control, sin propiedad sobre los ahorros de nuestro trabajo. Ayer se votaba por algo muy diferente. Un texto más prudente desde todo punto de vista … pero no era perfecto.
Aquellos que votaron por la opción A favor tenían la paradoja del premio de consuelo. Es muy probable que la inmensa mayoría de ese grupo votó Rechazo en el Plebiscito de entrada a este proceso, y por lo tanto, frente al resultado adverso de ayer tienen legítimamente la tranquilidad que regirá la carta que nunca quisieron cambiar. En la otra vereda, quienes lo hicieron por la opción En contra, van a tener que volver a sus puestos regidos probablemente por un texto que nunca ha sido de su agrado, pero que por errores propios seguirá ordenando el sistema político de nuestro país. Esta podríamos denominarla como la paradoja de la doble derrota.
¿Qué sucedió desde mayo de este año hasta el día de ayer, que hizo que este país rechazará un texto escrito por una mayoría que ellos mismos habían elegido? Para poder explicar lo sucedido, es necesaria la combinación, siempre perversa, de diversos elementos que nos entrega la posibilidad de buscar distintas interpretaciones según desde la vereda que cada uno de los que trata de explicar se sienta más cómodo. Trataré de hacer un ejercicio que resulte razonable, pero desde ya me disculpo por los errores que mi vereda pueda cometer.
¿Qué falló? Probablemente, la principal razón haya sido un agotamiento generalizado por parte de los ciudadanos de ser obligados de participar de dos procesos electorales, pero viendo cómo, al mismo tiempo, cada día la calidad de vida de ellos empeoraba. Es indudable que los índices que miden el estado de las personas hoy son peores que los que el país tenía antes del 18 de octubre de 2019. Se prometió un mejor país y la verdad es que tenemos un país hundido en un profunda crisis de delincuencia, migración ilegal. La paradoja del cansancio.
Anteriormente señalé que era un texto que no era perfecto. Nadie está obligado a pretender la perfección de algo o alguien, pero sí puede exigirle no repetir errores que a todas luces parecían básicos. La tozudez de no modificar el texto en el derecho a la vida o la incorporación de políticas públicas, como la eliminación del pago de contribuciones, entregó en bandeja dos elementos de fuerzas que nunca fueron capaces de justificar correctamente quienes las incorporaron.
¿Qué debe hacer la clase política hoy? Es urgente lograr que la ciudadanía recupere la confianza en ella. Que el cansancio se vuelva acción y de esa manera poder avanzar como el país que éramos desde el retorno de la democracia hasta aquel 18 de octubre. La receta no es tan compleja. Abordar rápidamente las demandas por las que la ciudadanía clama una solución: Hoy la principal es vivir tranquilos y seguros. Parece entonces que es urgente comenzar el año 2024 con una potente agenda de políticas públicas que se hagan cargo de la seguridad de los chilenos. Hemos sido testigos cómo en otros países surgen líderes que, sin estructura partidaria, ofrecen soluciones irreales y populistas. Hagamos un esfuerzo por mantenerlos lejos de Chile. La paradoja del aprendizaje.