Obesidad en Chile
Los resultados del último Simce de educación física aplicado en octavo básico dejan un sabor muy amargo en la boca. Que cuatro de cada diez alumnos presente obesidad o sobrepeso a tan temprana edad pinta un oscuro panorama para la salud pública a futuro, ya que 23% de los niños que rindieron la prueba tienen riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y metabólicas en la adultez. No debemos engañarnos respecto de las causas de esta pandemia que es la obesidad en Chile.
Mucho se habla de la mala alimentación de los estudiantes, pero no debemos olvidar que la obesidad es una enfermedad multifactorial que por ende tiene múltiples causas, siendo sólo una de ellas lo que la persona ingiere. Hay además factores genéticos, culturales y sobre todo el flagelo del sedentarismo; de acuerdo con la última encuesta Adimark sobre actividad física, 70% de la población no realiza ningún tipo de ejercicio. Es por esto que es necesario que se eduque a la población en el concepto de balance energético: no sólo importa lo que se ingiere, sino que también la energía que se «gasta». Una persona muy activa puede ingerir sin ningún problema 4.000 calorías diarias y no subir de peso, mientras que una persona muy sedentaria presentaría problemas con su peso rápidamente si incrementara de ese modo su ingesta de alimentos. Si bien la alimentación de los escolares es un factor importante en el problema de sobrepeso y obesidad, el sedentarismo resulta igual o aún más crítico en estas preocupantes cifras. Es necesario continuar con el incremento de horas de actividad física efectivas en los colegios con el fin de educar este hábito desde la infancia y así evitar graves problemas de salud a futuro.