Nuestros hijos y las redes sociales
El rápido desarrollo tecnológico, los avances en la informática y la creación de nuevas plataformas tecnológicas permiten el desarrollo de diversas modalidades de comunicación que sitúan a niños y adolescentes en un mundo caracterizado por la inmediatez y dinamismo.
El uso de redes sociales en la última década ha sido cada vez más frecuente y globalizado. En Chile según un estudio de VTR del año 2012, respecto de los hábitos de jóvenes entre 14 y 18 años en redes sociales, existe un uso del 100% de Facebook. Los resultados indican que el 43% comparte sus claves de Facebook, Twitter y e-mail. El 74% ha recibido solicitudes de desconocidos y el 22% las acepta. Finalmente, el 83% reconoce que entre los riesgos en internet se encuentran: pedófilos y acosadores (68%) hackers (23%), psicópatas (21%) y cyberbuilying (8%).
La alta conectividad de niños y adolescentes ha generado una importante preocupación en padres y profesores, quienes observan con inquietud la forma en que estos utilizan redes sociales. Por su parte, los medios de comunicación nos advierten sobre los riesgos que surgen en el uso de internet, construyendo un discurso colectivo basado en los temores asociados a las herramientas tecnológicas, por sobre los recursos personales y sociales para potenciar las buenas prácticas on-line.
En este contexto, para acercarnos a niños y adolescentes en su exploración en este mundo, es importante generar una comprensión de lo que cada persona en particular necesita, sus motivaciones y la manera en que utilizan las plataformas para comunicarse. Junto con esto se requiere revisar de manera integral cómo se está produciendo su desarrollo, cuáles son los recursos personales que poseen, las dificultades presentadas y establecer lazos de confianza y cercanía que nos permitan aproximarnos.
En un estudio realizado en los años 2012 y 2013, con 23 adolescentes en una muestra con establecimientos de tipo municipal, particular subvencionado y particular en la Región Metropolitana, se concluyó que falta generar espacios conversacionales que permitan relevar prácticas de buen trato en relaciones sociales on-line. Asimismo, se estableció que es importante generar procesos reflexivos que permitan que adolescentes tempranos participen y analicen su experiencia, adquiriendo un rol protagónico que facilite el desarrollo de su autonomía. Se requiere realizar una intervención temprana que involucre a padres y comunidad escolar, siendo estos actores complementarios y muy relevantes para abordar integralmente el tema (Aravena, Aspillaga, Maureira & Ríos, 2012).
Dado lo anterior, es prioritario comenzar a trabajar desde temprana edad en la generación de vínculos cercanos y relaciones de confianza. Frente a los dinámicos y rápidos cambios que se van produciendo en el contexto, no podemos sólo centrarnos en aprender de las innovaciones tecnológicas, sus propiedades, beneficios y riesgos, sino que debemos incorporar prácticas de reflexión conjunta entre y con los jóvenes, de autocuidado y de regulación emocional, que favorecerán el bienestar psicológico y social.