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UDD en la Prensa

No sólo unicornios

 Hernán Cheyre
Hernán Cheyre Director del Centro de Investigación Empresa y Sociedad, CIES

El último mes ha sido prolífico en buenas noticias para el mundo del emprendimiento. Por un lado, la prensa ha estado informando acerca de nuevos startups en los más diversos ámbitos, los que en su gran mayoría están innovando a través de las nuevas tecnologías digitales. Y como complemento de lo anterior, también se han dado a conocer importantes aportes de capital que inversionistas en capital de riesgo, locales y extranjeros, están realizando en emprendimientos chilenos. Este ambiente de buenas noticias se vio coronado por la transacción mediante la cual Uber adquirió el 100% de la propiedad de Cornershop, en una operación que valorizó esta última en una cifra aproximada a US$ 3 mil millones, y que la convertiría —en opinión de algunos— en el primer “unicornio” chileno (valoración antes de una apertura en bolsa superior a mil millones de dólares). Se habla incluso de un nuevo boom del emprendimiento, y hay quienes anticipan que el proceso que se está viviendo se traducirá próximamente en muchos otros nuevos “unicornios”.

Ojalá así sea, qué duda cabe, pero la meta de cualquier emprendimiento no debe equipararse a la de “hacer cumbre” en el Everest, puesto que van a ser muy pocos los que van poder lograr tal hazaña. Cada emprendimiento enfrenta sus propias restricciones, y el objetivo de cada uno debe ser “hacer cumbre” en la montaña más alta que pueda. Ojalá haya muchos nuevos “unicornios”, pero la meta no debe centrarse en ello. Lo que Chile necesita son muchos nuevos emprendimientos con potencial de expansión, que contribuyan a mejorar la productividad de nuestra economía ofreciendo soluciones innovadoras, y para ello es fundamental que desde sus inicios se proyecten con un alcance global. Algunos —los menos— podrán llegar a ser “unicornios”, pero esa no debe ser la vara con que se mida el éxito.

La principal conclusión que se puede extraer de lo observado es que hay en Chile un enorme potencial para el emprendimiento innovador, y que gracias a las nuevas tecnologías las barreras geográficas se han venido derribando, adquiriendo una mayor importancia factores como el talento, las redes que puedan ir armando los nuevos emprendedores y el acceso a financiamiento. Respecto de esto último, que siempre es una restricción importante, la evolución que está teniendo la industria de capital de riesgo, con un enfoque menos Corfo-dependiente y con mayor participación de las family offices y de las propias empresas de mayor tamaño que están buscando solucionar sus problemas recurriendo a nuevos emprendedores, está abriendo nuevos caminos. Hay que perseverar en ello, tendiendo puentes cuando sea necesario, y haciendo que los mercados sean más “desafiables” por nuevos emprendedores.