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UDD en la Prensa

Mujeres al mando: una deuda que se arrastra

 Alejandra Aranda
Alejandra Aranda Consejera Red de Alta Dirección

El estudio del Sernam «Mujeres en puestos de responsabilidad» revela una realidad que nos afecta hace tiempo y que, por lo mismo, he generado una urgencia en la búsqueda de soluciones.
De acuerdo al estudio, sólo el 20% de las grandes empresas en Chile cuenta con mujeres en sus directorios, lo que nos ubica en las peores posiciones a nivel mundial con el puesto 38 de 42 países encuestados.
Y el detalle de las cifras es aún más desalentador: de los casi 1.200 cargos de directores que participaron en la medición sólo el 3% es ocupado por mujeres.
Cifras que permiten inferir no sólo que las empresas chilenas y sus directorios no valoran el aporte femenino, sino que el mercado tampoco está generando una oferta interesante de candidatas a directorios.
Pero, más allá del origen del problema puede ser útil instalar el tema y generar una discusión que incluya todas las aristas.
Es decir, analizar por qué las empresas no incluyen mujeres en directorios, por qué no hay candidatas y qué pasa que a las mujeres tampoco les está resultando atractivo dedicarse a este rol.
Lo cierto es que tener presencia femenina en directorios sólo genera retornos para la empresa. El mismo estudio del Sernam establece que la rentabilidad de compañías con equipos de decisión balanceados es un 35% más alta que aquellas gobernadas sólo por hombres.
La realidad local indica que, aunque no existe la tendencia natural a pensar en una mujer para ocupar un directorio, si hay una apertura mayor a evaluar esa opción.
Sin embargo, y quienes se desenvuelven en el mundo de la búsqueda de directores deben saberlo, no hay en Chile candidatas suficientes para generar una presencia mayor del género femenino.
El desafío, entonces, es a nivel público académico y empresarial de, primero generar conciencia en los privados y entre las propias mujeres del aporte que ellas pueden hacer. Luego, está el formar a mujeres directoras y facilitar con políticas pro familia para generar la percepción de que trabajo y familia se complementan y no se contraponen.
Solamente así podremos tener directorios más balanceados y que cuenten con la visión la sensibilidad, el liderazgo y capacidad de negociación que hacen de las mujeres un aporte real y rentable para una empresa.