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UDD en la Prensa

Minerva

 Daniel Contesse Strauss
Daniel Contesse Strauss Vicerrector de Innovación y Desarrollo

Si buscas en Google la palabra Minerva encontrarás que se trata de la diosa romana de la sabiduría. Es lo primero que aparecerá. ¿Y en segundo lugar? Una universidad, la nueva universidad de Minerva que se encuentra en San Francisco, California. ¿Veremos pronto a esta universidad en la primera posición en Google dejando atrás a la diosa romana?
Minerva es una universidad fundada por un emprendedor (ex presidente de Snapfish) que sobresale por su propuesta: No existen las clases tradicionales (lectures), ni las salas de clases. Toda la educación se basa en una conversación entre un grupo de 19 alumnos y un profesor que guía el aprendizaje. Todo en línea, a través de una plataforma especialmente diseñada por ellos. Están perfectamente definidos los objetivos de aprendizaje de cada sesión, lo que se refleja en un diseño detallado de cada clase. No hay espacio para la improvisación, no hay espacio para que los profesores ni los alumnos pierdan el tiempo. Los alumnos estudian antes de clases y deben llegar preparados. La plataforma permite detectar cosas como cuánto tiempo ha participado cada alumno en la conversación, cuánto tiempo ha hablado el profesor. Permite revisar toda la participación de un alumno al terminar la sesión para entregarle retroalimentación personal. Todo en línea, desde sus casas (o donde quieran estar), con sus computadores y en vivo. Los alumnos estudian un año en California y los otros tres en alguna ciudad del mundo, como Buenos Aires o Berlín. El trabajo curricular está complementado por una serie de actividades extracurriculares que son parte del programa y que implican un trabajo activo con la comunidad y el mundo real en el desarrollo de desafíos y planteamiento de soluciones. En Minerva no existen las oficinas y todo el espacio es colaborativo y abierto. No existe un departamento de calidad, sino que una oficina de experiencia. Sí, hay toda un área preocupada de pensar y gestionar la experiencia global de los alumnos, desde antes de ser admitidos hasta después de su graduación. Más de 40 personas están dedicadas a hacer que el paso de cada alumno por esta universidad se convierta en la experiencia más potente y transformadora posible.
No sabemos si Minerva es un adelanto de lo que es la universidad del futuro. Tal vez se transforme en un gran éxito y en la nueva referencia universitaria o tal vez se sume a la larga lista de proyectos interesantes que no lograron despegar. Lo que sí sabemos es que Minerva, sus fundadores, directivos, profesores y alumnos aprovechan al máximo la oportunidad que Estados Unidos les da de crear nuevas propuestas y desafiar a los existentes. Ésta es la forma en que las sociedades progresan. Cuando personas talentosas, con alto costo de oportunidad, están dispuestas a invertir, a arriesgarse a probar nuevas cosas. Cuando el fracaso no se mira con desconfianza, sino como parte del costo del proceso de aprendizaje y cuando el éxito se mira con admiración y no con suspicacia.
¿Cuántos emprendedores en Chile están pensando en revolucionar la educación? Cuando en Chile el discurso y la conversación versa sobre regular, limitar a los emprendedores, aumentar el rol del Estado, quitar autonomía, es bueno mirar el proyecto Minerva y reflexionar sobre si la dirección que Chile está tomando favorece o dificulta el desarrollo de nuevas iniciativas como ésta. Lamentablemente la respuesta es clara.