Medicina transformacional
Luego de semanas de expectativas de municipios y vecinos, los ministros de Salud y Obras Públicas revelaron la ubicación de hospital anunciado para la zona norte de Santiago. Estamos hablando de un mega-complejo hospitalario que complementará la capacidad de atención del ya superado Hospital San José, atendiendo a cerca de un millón de habitantes de ocho comunas.
A muchos sorprendió la localización del predio que, en lugar de privilegiar el centro de alguna zona consolidada, o contiguo a una avenida, línea de Metro o cercano a la línea de tren de cercanías que unirá Santiago con Tiltil, el terreno fue un potrero emplazado a poca distancia del enlace entre la Ruta 5 y la Radial Nororiente. Cuesta imaginar un mega-hospital en un potrero vecino a canchas de motocross, chacras y galpones de una zona industrial junto al patio de acopio de chatarra de una siderúrgica, apodado “el planeta de Wall-E” por mis hijos. Pero más allá de lo que el sentido común diga, la presencia de un hospital de más de 260 millones de dólares en medio de la nada es un augurio de las tremendas transformaciones que se vienen para el sector.
Hace 14 años me tocó evaluar el predio como alternativa para localizar el estadio de un conocido club de fútbol nacional, y más allá de lo remoto que parezca, su emplazamiento tiene una serie de ventajas estratégicas que sin duda lo convertirán en un nuevo subcentro de servicios que irán más allá de la salud. El Estado chileno ya resolvió que la expansión urbana de Santiago debía conducirse en parte hacia Chacabuco, dada la disponibilidad de suelos de baja productividad agrícola y cercanía con el casco urbano de la ciudad. Así es como se estableció en el Plan Regulador Metropolitano de 1997 el mecanismo de los Desarrollos Urbanos Condicionados, dando origen a ciudades satélite como Piedra Roja, Valle Grande o Larapinta, que en la medida que se consolidan, han albergado a un creciente número de familias de clases medias-altas que enriquecen la diversidad social del sector. Estos mega proyectos también deben incorporar vivienda social, equipamiento y una serie de estrictas medidas y obras de mitigación, como la Radial Nororiente, financiada en parte con los aportes de dichos desarrolladores. El Hospital generará en su entorno un verdadero distrito hospitalario, que a mediano plazo albergará centros de investigación, laboratorios, universidades y servicios médicos que irán consolidando la zona, acompañados por la necesaria inversión en transporte público.
Sin duda da cuenta de una visión de mediano y largo plazo que va más allá de su eventual puesta en marcha el 2025, y que apunta a consolidar e integrar el sector norte como parte viva, intensa y activa de la ciudad, dejando poco a poco esa imagen de paisaje intermedio entre campo y suburbio. Es de esperar que esta visión se complemente también con otras inversiones urgentes como el también anunciado nuevo Hospital Sótero del Río de la provincia Cordillera en Puente Alto, el cual, pese a haber sido anunciado el 2013, sufrió graves atrasos en el gobierno anterior.