Los factores psicológicos que guían la economía y el momento actual
George Akerlof y Robert Shiller, en su libro Animal Spirits, argumentan que los espíritus animales, es decir, los sentimientos, percepciones y deseos de los individuos; son la principal fuerza que explica las fluctuaciones económicas. Los autores, ambos ganadores del Premio Nobel en economía, identifican cinco factores psicológicos de particular importancia para la comprensión de los espíritus animales: confianza, justicia, corrupción y mala fe, ilusión monetaria, e historias.
La confianza es la esperanza de un futuro exitoso. Se relaciona con las predicciones que los individuos hacen de la economía, pero también con sus convicciones y creencias, es decir, sus deseos, acciones y valores, factores que no necesariamente son racionales. La confianza es una variable clave en las decisiones de consumo y ahorro de los individuos, que aumentan su consumo cuando tienen confianza.
La confianza típicamente se ha medido a través de los índices de confianza de los consumidores. En Chile hemos observado un deterioro persistente de este indicador, desde el año 2014. Durante los últimos meses se ha registrado una incipiente recuperación, luego de alcanzar valores mínimos históricos tras el estallido social y el inicio de las cuarentenas del año pasado. En consecuencia, se podría esperar un nuevo deterioro debido a las nuevas cuarentenas anunciadas para gran parte del país. Sin duda, la superación de la pandemia, la reducción de la incertidumbre, y la recuperación del empleo y de la actividad económica, serán factores clave para la recuperación de la confianza durante los próximos años.
La preocupación por la justicia es una motivación más fuerte que muchos incentivos económicos, ya que afecta directamente lo que los individuos están dispuestos a pagar por ciertos productos y servicios. Por ejemplo, en un estudio de Daniel Kahneman, Jack Knetsch y Richard Thaler, el 82% de los encuestados afirmó que elevar los precios de las palas para nieve después de una tormenta sería injusto, aun cuando la teoría económica justifica que suban los precios cuando aumenta la demanda. La preocupación por la justicia incluso puede contribuir al desempleo, ya que las empresas pueden estar reacias a contratar empleados por salarios bajos, que serían percibidos como injustos aun cuando las personas estén dispuestas a aceptarlos. En Chile hemos observado cómo opera este factor en diversas áreas, como la educación universitaria, la atención médica, los servicios básicos y el mercado inmobiliario. Existe una percepción generalizada de que vivimos en una sociedad injusta.
Por otro lado, las fluctuaciones económicas también se pueden explicar por la prevalencia y aceptación de la corrupción, que se relaciona con la percepción de los castigos asociados a dicho comportamiento. En tiempos de corrupción generalizada, existe la impresión de que es fácil hacerlo y salirse con la suya. Todos lo hacen y nadie es castigado, por lo que, en cierta medida, es racional participar en prácticas corruptas. En Chile hemos descubierto una gran cantidad de actos de corrupción durante los últimos años, en todo ámbito, desde la corrupción de políticos, empresarios, y fuerzas armadas, a las malas prácticas de la gente común, que no paga el transporte público, que no paga impuestos (IVA, contribuciones, impuesto a la renta), y que no respeta las cuarentenas. Asimismo, destaca la preocupante expansión del crimen organizado (narcotráfico, violencia rural), que opera al margen del Estado de derecho.
Otro importante factor que influye en la toma de decisiones en una economía es la ilusión monetaria, que se produce cuando los individuos confunden las cantidades nominales y reales. Si las personas fueran racionales, la determinación de los precios y salarios ocurriría sólo en base a precios o costos relativos, es decir, lo que se puede comprar o vender a precios nominales. Esta situación afecta negativamente la efectividad de la política monetaria, ya que afecta la forma en que los hogares toman decisiones financieras. Sin embargo, dado que los trabajadores confunden los salarios nominales y reales, las empresas pueden contratar a un menor costo real durante periodos de alta inflación, lo que es bueno para la reactivación económica.
Por último, Akerlof y Shiller mencionan la importancia de las historias, que son secuencias de eventos con una lógica interna. La historia de nuestras vidas crea una estructura de incentivos, que evoluciona junto con nosotros. La confianza en una economía puede ser explicada en términos de historias, y en particular destacan las historias de una nueva era, es decir, aquellas narrativas que describen cambios históricos que inician una nueva época. Por ejemplo, Robert Shiller en su libro Irrational Exuberance describe la historia de la creación de Internet y su influencia en el boom de los mercados entre 1995 y 2000, que propició un periodo de alto crecimiento económico. La internet fue una importante innovación tecnológica, que rápidamente invadió nuestras vidas y suscitó el surgimiento de numerosas historias de éxito de jóvenes emprendedores. La confianza se genera a partir de historias inspiradoras, historias de nuevos negocios, de cómo otros se están haciendo ricos. Los cambios en las narrativas afectan las expectativas en distintos ámbitos de la economía, como el éxito esperado en los negocios y emprendimientos, y las expectativas de retorno de las inversiones en capital humano.
En Chile, lamentablemente, hemos observado una caída sostenida de la confianza durante los últimos años, que ha sido acompañada de una creciente percepción de que vivimos en una sociedad injusta. Simultáneamente, hemos descubierto un sinnúmero de casos de corrupción, en que sólo unos pocos han terminado pagando por sus actos. La delincuencia y el irrespeto a la ley se ha vuelto habitual, se tolera e incluso se apoya. Sin embargo, también podemos pensar que estamos en el fin de una era, debido a los importantes cambios institucionales que se avecinan en el corto plazo. En este contexto, cabe mencionar que las historias inspiradoras de los grandes líderes políticos tienen efectos significativos sobre la economía y las expectativas, incentivando la inversión y el crecimiento económico, por lo que será fundamental el rol de nuestros líderes para devolver al país a una trayectoria exitosa.