Los desafíos de una mayor productividad en un contexto de urgencia ambiental
En las primeras etapas de desarrollo económico, el mayor crecimiento se explica por las tasas de inversión en capital fijo y un mercado laboral dinámico en contexto de bajas tasas de desempleo. Para sostener mayores tasas de crecimiento y desarrollo económico en el tiempo, la productividad resulta ser uno de los motores fundamentales.
¿Cómo está Chile comparado con otras economías de mayor nivel de desarrollo? Al examinar el PIB per cápita, por ejemplo, de algunas economías de Asia- Pacífico, se observan rápidos ascensos en los niveles de convergencia del producto per cápita. Sin embargo, a pesar del progreso de la economía chilena, en las últimas décadas se ha evidenciado un relativo estancamiento. El menor ritmo de crecimiento en el ingreso per cápita se explica, entre otros factores, por la reducción sistemática de la productividad total de factores (PTF) de Chile, salvo en la década noventa.
A la luz de los anteriores resultados y los relevantes desafíos económicos y sociales, se suman la urgencia ambiental que enfrenta nuestro planeta. Chile no ha estado ajeno a los desafíos del calentamiento global y ha estado contribuyendo con la reducción de emisiones de CO2 mediante la descarbonización de la matriz energética con el desarrollo de energías más limpias.
Como parte de una recuperación económica que genere impactos sociales y ambientales positivos, es imperativo que Chile aumente la productividad, pero más inclusiva y sostenible. Los países desarrollados alcanzaron círculos virtuosos de mayor productividad, crecimiento y desarrollo económico, durante periodos extendidos, los que se relacionaron a una mayor innovación, progreso técnico en un contexto del proceso de industrialización y, luego, las economías basadas en el conocimiento. Sin embargo, a pesar de mejoras en la calidad de vida del ser humano, éstas fueron acompañadas de una persistente degradación ecológica y daño ambiental con las negativas consecuencias observadas hoy en día.
Por esta razón, la mayor productividad chilena debiese estar acompañada de empresas, consumidores y ciudadanos más conscientes de sus actos, en conjunto con políticas públicas que generen incentivos para reducir los efectos de la economía degenerativa, que se podría lograr transitando desde los fundamentos de la economía actual hacia una más distributiva, cuyo valor circule a medida que se crea (economía circular), donde los agentes participen plenamente en la regeneración de los ciclos terrestres, dentro de los límites planetarios y el techo ecológico, espacios seguros y socialmente justos donde la humanidad pueda prosperar.