Liebre por gato
El dicho popular“gato por liebre» hace referencia entrega ralgo por un valor mayor al que realmente tiene. Recuerdo que, en alguna clase, un profesor nos decía que en la arquitectura hay que invertir el dicho a «liebre por gato». Entregar “algo más”.
La Universidad de Concepción proyectó en paralelo los primeros edificios desde 1928 y el plan maestro desde 1931. El origen del encargo, particularmente al urbanista austriaco Karl Brunner, tenía una “liebre”, que era la solicitud de que la universidad también fuese ciudad. Es decir, desde un encargo convencional de diseñar edificios para realizar clases, se buscaba un parque abierto a los habitantes de Concepción como un valor agregado ineludible.
Hoy, para algunos la UdeC es principalmente una universidad, es decir, el “gato” como encargo primitivo, y para otros la UdeC es principalmente un parque, ol a “liebre”.
Desde la década del 40′ comienzan a aparecer con fuerza las galerías en el centro de Concepción. En la actualidad, en alrededor de 15 manzanas se encuentran más de 40 galerías que configuran un sistema de recorridos y atajos característicos de la ciudad. Independiente de los programas que albergan los edificios del centro en sus niveles superiores de manera conjunta se establece un valor agregado configurando cerca de cuatro kilómetros de espacio semipúblico cubierto, algo muy valioso considerando o lluvioso de la ciudad.
Nuevamente, a la posibilidad de simplemente construir el encargo primitivo, se le agrega una liebre”, la cual, teniendo principalmente un fin comercial, se ha convertido en un espacio semipúblico significativo para la ciudad.
En 1971 se inaugura el edificio de vivienda colectiva Mirador Central, proyectado por el arquitecto y pintor Jorge Labarca. Esta obra, cotidiana en calle Aníbal Pinto, tiene un desarrollo plástico en su volumetría y una composición de colores a partir del trabajo con las teselas, que genera algo más en la ciudad que un simple edificio. Quien camina por esa calle no queda indiferente al buen diseño y levanta la vista para mirarlo.
Labarca regala, de otra manera, una “liebre” a la ciudad.
En la Universidad de Concepción la “liebre” surge de una visión y encargo; las galerías, con un propósito comercial, logran ser más que eso y permiten recorrer el centro de la ciudad prácticamente sin mojarse; en el Edificio Mirador Central, la “liebre” está en el diseño propuesto por el arquitecto; pero hay otras “liebres* más espontáneas que las personas les entregan a edificios con un uso primitivo definido, pero que por un momento se convierten en otra Cosa.
La Biblioteca Municipal de Concepción, con un espacio central muy provocador, se convierte en galería de exposiciones, cafetería, auditorio e incluso “plaza”, potenciando su uso primitivo y entregando algo más. O, el propio edificio de la Facultad de Química UdeC, que alberga bailes urbanos utilizando el reflejo de los cristales como espejo convirtiéndose momentáneamente en una pista de baile, Estos ejemplos hablan de una mirada generosa de planificadores, urbanistas y arquitectos, y también de la creatividad de los habitantes para buscar ese algo más que permite hacer ciudad.
¿Cómo sería nuestra ciudad si en cada encargo hubiese una visión que va más allá del destino principal de un edificio? ¿Cómo serían nuestros barrios sien cada edificio se pensara en hacer ciudad, si los mandantes y los arquitectos tratáramos de entregar “liebres por gatos”? Sin embargo, vemos hoy que en nuestra ciudad, en su mayoría, hay “gatos por gatos”, o incluso, en algunos casos de manera preocupante, “gatos por liebres”.