Liderazgo creativo
No es fácil crear una cultura de innovación en una empresa. Muchas veces creemos que para lograr esto necesitamos un líder creativo, un elegido que, cual Moisés en el Mar Rojo, nos muestre la ruta hacia la innovación. Existen algunas empresas que han seguido este camino y han tenido genios creativos que han marcado el rumbo de los nuevos negocios a desarrollar, posicionándose con éxito en mercados competitivos. Aun así, cuando el líder visionario se cansa, jubila o muere, la verdadera cultura creativa de la compañía se pone a prueba.
El caso más patente es Apple, que desde la muerte de Steve Jobs tiene sobre sus hombros la responsabilidad de demostrarle al mercado que su cultura creativa permanece intacta. Es necesario recordar que Apple ya falló esta prueba, cuando Jobs fue despedido de su propia compañía en 1985. La empresa casi se fue a la quiebra hasta que el genio fundador volvió en 1995 enmendando el rumbo y llevándola al sitial que ostenta hoy en la industria.
Sin embargo, la realidad suele ser distinta. La gran mayoría de las empresa no cuenta con un líder innovador del talento de Steve Jobs: que pueda predecir y diseñar los productos del futuro. Se debe aplicar un tipo especial de liderazgo para asegurarnos de que la creatividad florezca y no descanse en una persona o grupo particular. Dos claves para este fin. Generar y comunicar la visión: fijar un foco de innovación (consensuado y difundido a todos) ayuda a alinear los esfuerzos délas empresas.
Proteger y dar espacio a las iniciativas creativas: Tommy Lasorda, manager de Los Angeles Dodgers y dos veces campeón de la Serie Mundial, decía que un líder debe cuidar a su equipo como si sostuviera una paloma entre sus manos; no puedes abrirlas mucho pues se escapa (el equipo pierde el foco disipando sus esfuerzos de manera estéril en muchas iniciativas), pero tampoco puedes apretarlas mucho pues la aplastas (al exigirles mucho no tendrán la libertad para intentar iniciativas más arriesgadas).