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UDD en la Prensa

Las primarias de la Nueva Mayoría

 Eugenio Guzmán Astete
Eugenio Guzmán Astete Facultad de Gobierno, Facultad de Educación (I)

El ejercicio de primarias llevado a cabo el día de ayer por el bloque Primera Mayoría debemos reconocer que es una contribución a la democracia interna del mismo. Ciertamente, apela a los militantes más comprometidos y les otorga la posibilidad de expresar sus deseos y preferencias respecto de los distintos precandidatos que participarán en la competencia electoral de noviembre.
Desafortunadamente, si tuviésemos que evaluar el éxito de dichas primarias en relación con la participación que ellas concitan, la verdad es que el resultado no sería muy auspicioso. Por lo pronto, los organizadores del proceso señalan que participaron unas 50.000 personas, lo que significa un porcentaje bastante más bajo del observado en esos mismos distritos (estos corresponden a los número 2 3, 4,10,17,19, 30, 34 53, 55 y 60), tanto de la primaria presidencial de julio como respecto del padrón electoral. En efecto, comparado con las primarias presidenciales solo votó el 15% del total; es decir, en julio participaron alrededor de 339.000 electores en los distritos consignados y en esta oportunidad 50.000. Pero eso no es todo, según los datos disponibles para 2012, el padrón electoral en dichos distritos ascendería a unos 2,3 millones de electores, lo que significa que el 2,1% participó en la elección primaria, lo que en la practica sería lo que se estima son los militantes de partido, pero ni siquiera lo que se denomina votante «duro», que superaría el 15%.
A simple vista, este resultado parece muy poco gratificante, más allá de las felicitaciones mutuas entre los dirigentes y ganadores. Por lo pronto, plantea que, por hipótesis, de haberse realizado dichas elecciones en conjunto con las primarias presidenciales, es probable que la participación habría sido mayor.
Asimismo, también como hipótesis, el resultado específico, vale decir, quién o quiénes hubiesen ganado, no necesariamente sería el de hoy. Es probable que con una masa electoral semejante a la de la primaria el resultado habría sido diferente. Pero, esta situación no fue casual. Los dirigentes de la Concertación o Nueva Mayoría anticiparon a tiempo los riesgos que se producirían de la simultaneidad entre ambas elecciones. A modo de ejemplo, ¿qué hubiese ocurrido si la precandidata en ese entonces hubiese apoyado sólo a los candidatos PS? o ¿si hubiese apoyado a quien hubiese sentido como más cercano a su proyecto y perfil? No lo sabemos con exactitud, pero podríamos aventurar que los resultados habrían sido distintos. ¿Habría sido el mismo resultado con Bachelet apoyando a Díaz o Zaldívar?
Pero eso no fue todo, un factor que pudo haber afectado la participación y que ciertamente sí influyo en los resultados fue el hecho de que en ciertos distritos, los incumbentes no participaron en la primaria. En efecto, para ellos las primarias sólo fueron parciales. La razón es obvia, se acordó proteger dichos distritos. En tal sentido, este hecho no hace otra cosa que debilitar la legitimidad del proceso. Si bien la participación no es algo que los organizadores pudieran controlar, la nómina de los competidores ciertamente que sí lo podían hacer. De hecho, de los 11 distritos, en 6 la primaria fue parcial, y en los restantes 5 distritos, la primaria fue total porque el incumbente o no iba a la reelección, porque hubo cambios distritales, o porque dicho incumbente decidió ir como candidato a senador, por lo que dejaba el cupo. En buenas cuentas, cabe preguntarse si el resultado habría sido el mismo en una competencia de primarias entre todos los candidatos, los actuales parlamentarios y los desafiantes. Es probable que los cambios no habría sido muchos, pero los habría habido; pensemos que históricamente el PC tiene mucho menos electorado que la Concertación o Nueva Mayoría (ver elecciones municipales por ejemplo). Pero, más importante aún, la legitimidad sería mayor.
Finalmente, un último punto tiene que ver con las conclusiones que se extraen de estas primarias. Dichos resultados, no necesariamente aseguran mejores proyecciones, si bien el sistema binominal, tan criticado y denostado por la Nueva Mayoría, asegura que el candidato propuesto ya tenga un piso; es decir, independientemente del método por el que se proponga al candidato (primaria o como resultado de una decisión del partido), lo concreto es que deja solo una posibilidad abierta a los electores.