La vitamina D
Se le denomina Calciferol o vitamina antirraquítica, es una prohormona esteroidea liposoluble necesaria para la regulación de los niveles de calcio y fósforo en la sangre. Es precursor de una hormona, el Calcitriol, que actúa sobre el sistema digestivo, aumentando la absorción de estos minerales y en los huesos, movilizando las reservas de calcio. Con ello, contribuye a mantener las funciones metabólicas (coagulación sanguínea) y músculo esqueléticas (estructura ósea y dental, contracción y relajación del músculo).
La vitamina D la podemos obtener de dos formas: a través de los alimentos, en ellos está presente como Ergocalciferol (vitamina D2), derivada de la radiación solar sobre el ergosterol de las levaduras y plantas con una vida media de 7 a 15 días, y como Colecalciferol (vitamina D3), en alimentos de origen animal, con una vida media de 15 a 21 días; y también a través de la síntesis endógena posterior a la exposición al sol, esta última forma proporciona un 90% de los requerimientos humanos.
El efecto en la producción endógena de vitamina D3 en los seres humanos depende de varios factores, entre ellos, el color de la piel, la edad, factores estacionales, la ubicación geográfica y factores culturales, como el uso de ropas muy cubiertas, también inciden en la producción diaria de esta vitamina. Se recomienda exponer las manos, brazos y cara 2 a 3 veces por semana, por un tiempo equivalente al 25% del requerido para causar una quemadura por sol. Es decir, personas que sufren quemadura del sol en sólo 1 hora, se recomienda exposición de 15 minutos. Importante señalar que el uso constante y sostenido de bloqueadores solares, incide negativamente en la síntesis endógena de vitamina D3.
Para evaluar el estado de la vitamina D, se recomienda medir los niveles séricos de 25OH vitamina D total, el principal metabolito circulante, que refleja, tanto la producción endógena por la piel como el aporte exógeno (dieta más ingesta de vitaminas D2 y D3 provenientes de suplementos y/o alimentos fortificados). Los últimos consensos consideran como óptimos niveles de 25OHD entre 80 y 100 nmol/L o 32 – 40 ng/mL.
La deficiencia de vitamina D es altamente prevalente a nivel mundial. La principal causa de lo anterior es la falta de exposición solar, principal fuente de vitamina D para la mayoría de los humanos, bastando con 5 a 15 minutos diarios de exposición entre las 10 AM y las 3 PM en primavera, verano y otoño para cubrir todos los requerimientos diarios. En cambio, las fuentes dietarias son escasas, constituidas principalmente por pescados grasos y huevos.
Sin embargo, el contenido de vitamina D es variable. Por ejemplo, el salmón silvestre tiene concentraciones significativamente más altas que los de cultivo. En Chile, se fortifican algunos aceites, leches descremadas, mantequillas, los productos de los programas nacionales de alimentación complementaria y los cereales, de acuerdo a directrices dictadas por el Ministerio de Salud, modificadas el año 2005.