La Quema de las Malas Prácticas
En algunos países de nuestra región, una de las cábalas más llamativas para cerrar ciclos es la quema de un muñeco que representa al año viejo. En un ritual de destrucción creativa se viste con ropas también antiguas y, en algún bolsillo, se deja un papel con una lista de las cosas malas que ocurrieron en los últimos 12 meses y que queremos dejar atrás. Es fundamental antes, hacer un repaso de esos hitos negativos. Ejercitando la memoria, repasamos los big fail de 2014 en materia de governance:
•Cascadas: directorios profesionales, instituciones fiscalizadoras actuando más oportunamente, sanciones drásticas para los responsables directos e indirectos, AFP más autocríticas, clasificadores de riesgo más alerta y una Bolsa – la «madre de todos los directorios» – que deja de ser un club de dueños para pasar a una gestión categóricamente distante de las mañas.
•Penta: los límites en la relación entre las empresas y el mundo político de qué es moralmente aceptable, más allá de lo que diga la ley.
•SEC (USA) contra Juan Bilbao: De comprobarse las acusaciones, la capacidad de regulación del sistema chileno, definitivamente, esta vez, falló de forma dramática.
•Cumplo versus la banca chilena: aunque viene de años previos, todavía la disputa entre los creadores del sistema de créditos y los bancos locales es una mancha en el rol de la SBIF, que hasta ahora muestra una incapacidad para innovar y apostar por más competitividad en el mercado local.
•Enersis – Endesa: Durante 2014 fuimos testigos de un aumento de capital en que el controlador intentó traspasar activos a precios por debajo del mercado. Sus más antiguos directores fueron duramente cuestionados porque, otra vez, no velaron por el interés de todos los accionistas, sino que peor aún, actuaron como un mero buzón.
•Colusión pollos: otro cartel que se destapó en 2014 y que vuelve a plantearnos la necesidad de una competencia más cruel, no desleal, sin solidaridades maquilladas.
Reconocido el hecho de las deudas que tiene nuestra institucionalidad para fiscalizar, investigar, sancionar y castigar, sí hubiéramos esperado en 2014 un paso más jugado por parte de quien lidera en los últimos 8 meses a la llamada «madre de los gobiernos corporativos». Se agradecen sus frases de alto impacto, reconociendo que a muchos empresarios los ha ganado la codicia, pero también echamos de menos una gestión más modemizadora y proactiva del presidente de la Bolsa de Comercio. Tiene todo este 2015 para ponerse al día.