La muerte de los mitos
1. La Cepal lo reconoce: Todos sabemos que la Cepal tiene su «corazoncito» político. Y pruebas hay de sobra. Durante nuestro gobierno, luego de algunos desencuentros, decidió que no participaría más en la encuesta Casen. Con el nuevo gobierno manifestó su disposición a colaborar nuevamente. Días atrás, olvidando que los organismos internacionales deberían abstenerse de opinar sobre política interna de los países, emitió una declaración en defensa de Dilma y Lula.
Pero esa Cepal, que no nos quiere mucho, reconoce en su «Panorama Social 2015» que Chile es el tercer país latinoamericano que más redujo la pobreza en el período 2010-2014, es decir, durante el período del Presidente Piñera.
2. ¿Cuáles mitos?: Durante años escuchamos una prédica que de tanto oírla muchos terminaron creyéndola. Se transformó en un mito: las políticas de la centroderecha «hacen más pobres a los pobres y más ricos a los ricos». Sin duda, era una caricatura. Pero vale la pena enterrarla definitivamente. El primer gobierno de centroderecha elegido democráticamente en 50 años no solo redujo significativamente la pobreza, sino que lo hizo a más del doble de velocidad que en los años anteriores (reducción del 9,1% anual). Los pobres no solo fueron menos pobres, sino que cientos de miles de familias cruzaron la línea y dejaron de serlo. ¿Y los ricos fueron más ricos? Sí, pero en menor proporción, y eso hizo que la Cepal reconociera también que Chile pasó, en el mismo período, a ser un país menos desigual. Según «Panorama Social», el coeficiente Gini cayó de 0,524 a 0,509 en el período.
3. Aprovechemos de enterrar otro mito: ¿Cuántas veces hemos escuchado que Chile es uno de los países más desiguales del mundo? Tampoco es cierto. La Cepal, en cuanto a desigualdad, sitúa a Chile en la medianía de la tabla en América Latina. En Venezuela hay más igualdad (Gini 0,407), pero la pobreza es 32%, y sigue subiendo. En Ecuador hay más igualdad (Gini 0,447), pero la pobreza es de 33%. En Chile es 7,8%.
4. Es el crecimiento ¡estúpido!: Parodiando a aquel famoso asesor político que le decía a su candidato que solo hablara de la «economía», el gran «secreto» que explica la rápida reducción de la pobreza es el hoy olvidado crecimiento económico. Según la Cepal, en el caso de Chile, entre un 55% y un 65% de la caída en la pobreza se debe al aumento del ingreso de las familias. Y agrega: «La mejora del ingreso medio por ocupado fue acompañada de una mayor cantidad de personas ocupadas, lo que permitió un incremento del ingreso laboral total del grupo, que fue superior al incremento de ambos componentes por separado». En palabras más simples, el crecimiento hizo crecer el empleo, el mayor empleo hizo crecer los sueldos y la pobreza disminuyó no solo porque en un hogar la persona que tenía trabajo vio incrementada su remuneración, sino también porque otra persona del mismo hogar encontró un trabajo. Eso explica que en ese período el número de ocupados por hogar en el 10% más pobre de los chilenos aumentara en 22%. Y que el ingreso de esos hogares subiera en 38%.
Creo que se lo escuché a Mariana Aylwin a propósito de las discusiones de hoy: «No hay progresismo sin progreso». Tiene toda la razón. Por eso el lema de Patricio Aylwin fue «crecimiento con equidad». Y el de Ricardo Lagos fue «crecer con igualdad». Los resultados del nuevo mito que parece regir hoy, «reducir la desigualdad sin crecimiento», los veremos en un tiempo más. Más allá de las palabras, el hecho que el trienio 2014-2016 vaya a ser el de menor crecimiento en décadas no será inocuo desde el punto de vista social.
5. ¿Y el otro 35%-45%?: Otro reconocimiento del «Panorama Social» se refiere a países de la región en que se han «establecido instancias dedicadas al desarrollo social a nivel ministerial». En el cuadro correspondiente aparece la creación del Ministerio de Desarrollo Social en octubre de 2011. Lo importante es que otro porcentaje de la reducción de la pobreza (35%-45%) en el período se explica por las políticas sociales. Y ese es el sentido del Ministerio de Desarrollo Social. Buenas políticas sociales, eficientes, focalizadas. El Ingreso Ético Familiar es el mejor ejemplo. Una política que, a través de un sistema de incentivos, reconoce que no es el Estado el que «saca» a las personas de la pobreza. Son las personas las que «salen» por sí solas de la pobreza, con su propio esfuerzo, con un «empujón» (oportunidad) que les da el Estado.
6. Un honor: Más allá de la discusión política, o de los porcentajes, la verdad es que para todos los que nos tocó trabajar en políticas sociales junto al Presidente Piñera, el informe de la Cepal es motivo de orgullo. Jugarse por la reducción de la pobreza es lo que nos motivó a muchos a dedicarnos al servicio público. Participar en esa tarea fue un verdadero honor. Esos porcentajes, esas cifras, en realidad son caras, son personas, son familias. Y eso es lo importante. Ahora vienen otros desafíos, pero no podremos estar contentos hasta que ese 7,8% que todavía está por debajo de la línea de pobreza, logre superarla. Sin crecimiento, es decir, sin ese motor que según Cepal explica que seis de cada 10 hogares en pobreza dejen de serlo, todo será más lento.