La dignidad humana no tiene excepciones
En el actual contexto de progresiva desvalorización de la vida humana, y de horribles ataques a los grupos más vulnerables, tanto en Chile como en el extranjero, nos preocupan enormemente los esfuerzos por relativizar la dignidad intrínseca de cada ser humano, verdadera piedra angular del constitucionalismo contemporáneo.
Curioso momento para invitar al país a Singer, quien ha señalado que: «Los bebés no son autoconscientes, o capaces de comprender que existen. Ellos no son personas» (…) «la vida de un recién nacido tiene menor valor que la vida de un cerdo, un perro, o un chimpancé». (Ethics, 1979 pp. 122-123). ¿Puede haber algo más peligroso que comenzar a negarnos mutuamente el carácter de persona? La historia ya nos mostró a dónde lleva ese camino, y hoy vemos cómo, en los hechos, se les desconoce su humanidad a razas enteras, minorías, migrantes, discapacitados y tantos otros.
En este tiempo de discusión constitucional, es imprescindible reafirmar el compromiso de nuestra sociedad con la dignidad humana, sin excepciones, incluyendo el rechazo a versiones extremas de un animalismo que, bajo la apariencia de compasión, impone un primitivismo incompatible con los fundamentos sustantivos de la persona.
Julio Alvear
Ignacio Covarrubias
José Manuel Díaz de Valdés
Centro de Justicia Constitucional