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UDD en la Prensa

Interés en la política, incumbencia y abstención

 Eugenio Guzmán Astete
Eugenio Guzmán Astete Facultad de Gobierno, Facultad de Educación (I)

Uno de los fenómenos mas notorios de los últimos 20 años es el deterioro de la imagen y apego a los partidos políticos. En efecto, en el caso de partidos con representación parlamentaria, ésta ha bajado de 67% en 1994 a 25% (CEP), y entre ellos el más afectado es la DC la que de presentar porcentajes cercanos al 35% en 1994 hoy no supera el 6%. Y si bien esto podría ser sólo atribuido a los partidos más grandes, la verdad es que observamos una tendencia plana en el caso de otros tales como el PC y Humanistas, quienes finalmente no superan el 2% en promedio.
Ahora bien, ¿es este fenómeno exclusivo de nuestro país? La verdad es que en Chile los porcentajes de identificación parecen más bajos a juzgar por los datos comparativos entre países (Encuesta Mundial de Valores). Al confrontar los resultados para 45 países, la diferencia entre nuestro país y el resto es de 24 puntos porcentuales para el período 2005 – 2008. Adicionalmente, en el caso chileno se trata de un proceso paulatino; así, la caída alcanza los 34 puntos porcentuales, mientras que en el resto de la muestra es sólo de 1,8. Si bien en el caso de democracias «jóvenes» particularmente las del bloque soviético u otras de América Latina, también se aprecia cierta baja, en el caso de Chile la caída es 3 veces superior (en las nuevas democracias la caída es de 9,8 puntos porcentuales).
Entre las explicaciones que se dan para este hecho podría estar la alta tasa de reelección de los parlamentarios en ejercicio. Al respecto, si bien Chile presenta altos niveles de reelección (de cada 10 parlamentarios que se presentan a la reelección 8 son reelectos) en comparación con otras democracias sobre las que existen antecedentes. No obstante, en países como Estados Unidos, Alemania, Japón y Australia los porcentajes incluso llegan a ser superiores a los de nuestro país. Entre los responsables que se suele señalar para explicar este hecho es el sistema electoral; sin embargo, esto no parece tan claro al considerar otros factores.
Pero en general, la tasa de reelección puede ser un indicador engañoso, en la medida en que ésta podría ser muy alta, aun cuando sean muy pocos los que se repostulen (si de 120 se repostulan 2 y ambos salen elegidos entonces la tasa de incumbencia es 100%). Es por eso que a lo que deberíamos mirar es a la tasa de recambio; es decir, el porcentaje de parlamentarios que dejan la Cámara de una elección a otra. Ella nos mostraría los efectos de la competencia de mejor forma. Si miramos este porcentaje, Chile deja de tener los más altos porcentajes, siendo similar al de democracias consolidadas.
En general, lo anterior estaría indicando que la falla en la identificación partidaria no necesariamente está relacionada con la incumbencia. Ahora bien, ¿podemos decir lo mismo de la abstención?, la verdad es que no. Existe razonable evidencia que muestra que la identificación de partidos y la abstención corren por carriles semejantes. Es decir, quienes se abstienen de participar, además de no hacerlo porque no tienen el hábito, la política no les importa, en sus hogares la política no representa un tema de interés y en general son pragmáticos y no ven que la política les cambie la vida, también tienen, tal vez por lo mismo, bajos niveles de adhesión a los partidos políticos.
En este sentido, el desafío de los partidos políticos es cómo conectar con el electorado, y hasta ahora, la fórmula empleada de fugarse hacia temáticas más radicales no parece funcionar necesariamente, sino basta ver los números de la última elección.