Interdisciplinariedad, «Los Magníficos del Siglo XXI»
¿Han escuchado hablar de los magníficos? O en inglés, ¿The ATeam? Para mis extemporáneos era una serie de TV norteamericana donde un grupo de personas con capacidades y habilidades muy distintas se dedicaban a hacer justicia para personas nobles. Lo interesante de este grupo era gue cada uno de los integrantes tenía una personalidad muy definida y con habilidades diametralmente distintas.
Y ¿qué tiene que ver esto con lo que ocurre hoy en día en la formación de nuestros futuros profesionales y la interdisciplinariedad? Mucho.
¡Que lance la primera piedra aquel profesional que quiera llevarse toda la gloria de una batalla en estos días! El que lo haga recibirá varias de vuelta.
Es difícil atribuir el éxito de cualquier iniciativa a una sola persona.
Hoy ganan los equipos, y no me refiero sólo a los ingenieros, o a los diseñadores o a los ingenieros comerciales, por nombrar algunos, sino al equipo que los involucra a todos y bien revueltos. Ese equipo tiene mayores posibilidades de ser un equipo exitoso que uno homogéneo o tradicional.
Ahora no sólo hay que ser bueno en lo que uno estudió, sino además debe comprender y saber sobre otros ámbitos, debe tener habilidades blandas para trabajar en equipo y adquirir metodologías para innovar. Una de las metodologías más potentes y utilizadas es el «Design Thinking» o «Proceso de Diseño», su potencia radica en sus etapas y en la capacidad de entender que el ensayo y error es el condimento del trabajo diario.
Esta herramienta para la innovación se basa en un profundo estudio y análisis para empatizar con el usuario o institución u organización que tenga el problema a resolver. La observación es un proceso clave para poder extraer lo necesario y por sobre todo ver más allá de lo obvio. Es más, debe ir más allá de lo que el usuario podría declarar.
Al determinar la esencia del problema, aparecen los cerebros de este grupo heterogéneo, con habilidades diferentes y con conocimientos distintos. Comienza el brainstornmig o «tormenta de ideas».
Cada uno desarrolló una red neuronal distinta a los otros, esta se formó en base a sus experiencias durante su infancia y luego se moldeó a través de sus conocímientos específicos aprendidos durante sus estudios y el ejercicio de su trabajo. Sin embargo, la gran virtud de contar con esas diferencias es que las propuestas de solución lograrán dar respuesta a una mayor cantidad de variables que si sólo fuera una propuesta basada en un solo integrante. Es por esa razón que los equipos multidisciplinarios logran crear soluciones integrales a problemas complejos.
Ya tenemos todos los ingredientes, un mundo en el que aquel que no innova se queda atrás, una metodología (Design Thinking) como herramienta para la innovación, un equipo interdisciplinario y sólo nos faltan los desafíos. El mundo está lleno de problemas, por lo que debemos abrir los ojos y observar en vez de mirar.
¡Se revuelve todo y nace la innovación! Esa innovación que nació de un grupo de personas distintas, donde los prejuicios se borran, donde las experiencias se suman y donde el consenso y la capacidad de trabajar en conjunto se hacen parte en una inusual, pero gloriosa, orquesta de talentos.
He ahí nuestro anhelado equipo, «Los Magníficos».