Instituciones sociales: La vara cada vez más alta
La reciente crítica de Naciones Unidas a la Teletón de México por promover el estereotipo de «sujetos de caridad» respecto de los discapacitados, ha vuelto a instalar a las instituciones sociales y sin fines de lucro en el centro de un debate que parece olvidar el rol que debe cumplir el Estado en la promoción de mejores condiciones para personas con discapacidad o afectadas por enfermedades crónicas o terminales. La crítica sobre la Teletón hoy, la han vivido antes otros organismos similares en todo el mundo. La diferencia con países del primer mundo – donde tanto se sorprenden con nuestras cruzadas solidarias – es que aquí, en Chile y en nuestro barrio, instituciones como Teletón, Hogar de Cristo, María Ayuda, Santa Clara, Nuestros Hijos, Coanil, y tantas otras, hacen la pega que compete al Estado. Así pasa también cuando necesitamos reaccionar ante las catástrofes. Por eso, para crear oportunidades donde hoy no las hay, existen los Chile ayuda a Chile.
Esta discusión vuelve a remecer en sus bases al tejido social de nuestro país. Las empresas sociales en Chile representan 1,5% del PIB nacional y generan empleo remunerado y voluntario para más de 300 mil personas. De ahí que, en un contexto en que la ciudadanía demanda y exige de sus instituciones un accionar transparente y eficiente las organizaciones sin fines de lucro deben rendir cuenta de manera permanente. Ya no basta con construir centros de atención ni entregar la cobertura médica y especializada que sus beneficiados necesitan. Se les exige más porque a todos por igual, en cualquier área en que nos desempeñemos, también se nos está exigiendo más.
De ahí que los estándares de los buenos gobiernos corporativos les sean exigibles, también, a las organizaciones sociales. Una prueba de blancura que pasa por cuidar los recursos que recaude – rol fiduciario -, establecer clara y públicamente sus objetivos de largo plazo – rol estratégico y dar un sentido de trascendencia potente a la institución – rol generativo. Ni más ni menos.