Institucionalidad Universitaria: ¡Gobiérnate!
En las últimas semanas se ha producido un interesante debate sobre la necesidad que las universidades cuenten con consejos o juntas directivas independientes. Varios rectores y académicos han hablado de esta carencia en la discusión de la reforma educacional. En buena hora. Al considerar la Universidad como institución social cabe reflexionar desde qué lugar se gobernará.
Algunos plantean que sea gobernada por los stakeholders claves que la constituyen desde adentro; otros proponen modelos donde un claro agente controlador es la entidad que gobierna desde afuera, es decir con un rol que sólo se circunscribe a la entrega de recursos.
Desde mi perspectiva, el gobierno de la Universidad debe darse en un punto intermedio esto es, pensarse a sí misma desde un Consejo, con la distancia suficiente para tener perspectiva, pero justa para ejercer su gestión debidamente compenetrado con el fondo y forma institucionales. El Consejo de una Universidad madura, equilibrada y con espíritu democrático debe contar con los mejores representantes de sus diversos stakeholders, a saber, intelectuales, ex alumnos, comunidad etc. Y, a la vez, no olvidar a aquél que ha dejado el legado, pudiendo ser éste la iglesia, el Estado, una familia, para ejercer liderazgo, ya que es éste el que da la visión, energía e inspiración para continuar con un proyecto educativo claro.
Esta Junta o Consejo será responsable de conducir estratégicamente a la institución. Deberá llevarla a una condición de mayor autonomía en la generación de recursos pasando desde un modelo protegido, con fondos mayoritariamente estatales, hacia uno más bien mixto, que exige resultados y mayor atención a la eficiencia interna. En un contexto de fuerte debate sobre el modelo de educación que queremos para Chile, es más que pertinente reflexionar sobre estos aspectos de la llamada governance universitaria, traducida en un doble gran desafío: mantener su identidad cultural y valores y, al mismo tiempo, ser capaz de responder a las exigencias del nuevo contexto económico, político y social en que se insertan.
El desafío es doble: mantener su identidad cultural y valores y, al mismo tiempo, responder a las exigencias del nuevo contexto económico, político y social en que las universidades se insertan.