Igualdad versus justicia
Las elecciones siempre son la respuesta a una pregunta que se impone durante el proceso electoral. Cada candidato buscará que sea su pregunta la que se imponga y ser su campaña, sus propuestas y posiciones la respuesta correcta a esa pregunta. Así vemos que el posiciona miento de los candidatos y su mensaje van fijando en la mente de los ciudadanos qué es lo que realmente se va elegir en las elecciones.
La oferta de Bachelet es clara y consistente con su diagnóstico político: sintonizar con la lógica de poner fin a los abusos y avanzar hacia la igualdad como valor dentro de la sociedad. Sus dificultades son igual de obvias como verse en la obligación de responder permanentemente por su gobierno y generar credibilidad en posiciones, igualdad y combate de los abusos, donde su gobierno no tiene muchos resultados que mostrar.
La irrupción de Longueira como candidato presidencial no sólo pone fin al clima de agresiones y divisiones que las críticas de Andrés Allamand sobre Laurence Golborne habían generado en el oficialismo y que amenazaban con terminar con cualquier opción electoral con miras a las presidenciales, asunto que llegó a preocupar al propio gobierno. También redefine la competencia electoral, tanto hacia el interior de la Alianza como hacia la principal carta opositora.
Longueira encarna un liderazgo sustantivo dentro de la centroderecha chilena, con una especial identificación con la derecha popular término que describe la permanente labor de la UDI de incorporar a su electorado a ciudadanos provenientes de sectores populares y de clase media, quienes no se vinculaban con la derecha tradicional.
Así, el enfrentamiento entre Longueira y Allamand no es sólo electoral, sino que es de fondo y es sobre la hegemonía y liderazgo para conducir la centroderecha en los próximos años. Sus visiones de hacia dónde debe avanzar la Alianza los diferencia con claridad. La apuesta permanente del ex ministro de Defensa ha sido la pretensión de acercarse al centro político en una lógica dominada por el eje izquierda-derecha, y la del líder de la UDI, que es acercarse al centro social, donde una nueva clase media emergente habita, alejada y ajena a las definiciones políticas, pero muy sensible a los cambios económicos y sociales.
Longueira acierta en apuntar a la necesidad de seguir ampliando los limites electorales de la Alianza, único camino para reconstruir la mayoría que llevó a Sebastián Piñera a La Moneda; más aún cuando lo hace hacia un sector despolitizado y que cree más en el testimonio de vida que en los discursos. En eso, su paso por el Ministerio de Economía y la cercanía con la defensa de los consumidores le da una credibilidad importante.
Frente a una Concertación -y su candidata- que enarbolan las banderas de la igualdad, el postulante de la UDI responde con las de la justicia.
Su eslogan «Por un Chile más justo» resume la aspiración de miles de chilenos que sienten merecer un mejor trato de parte del Estado y de las empresas, que merecen una educación de calidad y una atención de salud digna. Esa será la pregunta que los chilenos deberemos responder en primarias y luego en noviembre: si queremos más igualdad o más justicia, definiciones de fondo de hacia dónde avanzaremos como país.
Tanto en primarias como en las elecciones de noviembre, los chilenos deberemos elegir si queremos más igualdad o más justicia, definiciones de hacia dónde avanzaremos como país.