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UDD en la Prensa

Humanidades

 Federico Valdés Lafontaine
Federico Valdés Lafontaine Rector

La universidad como institución, desde sus inicios -hace más de 800 años- centraba los estudios iniciales del alumno en el conocimiento de las artes liberales tradicionales impartidas en latín, y a través de los siglos ha ido reflejando los valores y el carácter de la sociedad a la cual ha ido perteneciendo.
En el siglo XXI, el siglo de las ideas, la creatividad y la innovación han tomado un rol protagónico. Pero no por esto se debe descuidar la esencia misma que tiene la universidad: las humanidades, que hacen una clara referencia a lo humano, y al conjunto de disciplinas desarrolladas por el hombre para poder entender su comportamiento y comprenderse a sí mismo en su condición de ser humano.
En este sentido, se debe entender el fomento de las Humanidades como un compromiso indispensable de la universidad, ya que es el lugar donde están las ideas, y donde el ser humano puede debatirlas libremente planteando posturas variables y también divergentes.
La universidad es el lugar donde debe existir un trabajo interdisciplinario enriquecido por las disciplinas humanistas, entendiendo que la historia, la literatura, las artes, la filosofía, y los estudios culturales en general, son más que nunca fundamentales.
Entonces la presencia de las humanidades es esencial al quehacer universitario y al aporte que toda universidad debe entregar a una sociedad. Es por ello que en la Universidad del Desarrollo las mallas curriculares de los alumnos se enriquecen con cursos de Humanidades, bajo el alero del Instituto de Humanidades, recientemente inaugurado.
Este instituto es un espacio destinado a irradiar la riqueza de las humanidades y las artes. promoviendo una mirada culta y humana, de manera de apoyar y fomentar la formación de profesionales capaces de dialogar y trabajar incorporando una mirada humanista, en conformidad a los objetivos y valores que define el proyecto universitario de la UDD.
A las humanidades no se les puede ver como un ornamento. Si bien muchas instituciones no las consideran en sus planes de estudio, es porque han optado sólo por herramientas profesionalizantes que entregan un título profesional.
Pero como las humanidades no establecen leyes ni postulados irrevocables, deben ser complementarias ya que aportan una riqueza intangible, herramientas que no son técnicas, algo invaluable, algo no medible e inasible. Esto es, las habilidades blandas como la reflexión, el análisis, el pensamiento crítico, la argumentación y la imaginación, entre otras tantas, y que entregan una formación más integral, que finalmente le permiten al profesional validarse en un mercado laboral cada vez más competitivo, pero siendo una mejor persona y por lo mismo, más feliz.
Se debe entender el fomento de las humanidades como un compromiso indispensable de la universidad, ya que es el lugar donde están las ideas, y donde el ser humano puede debatirlas libremente.