Hacia ciudades autosuficientes
La pandemia mostró la vulnerabilidad de un mundo globalizado, evidenciada por la rápida expansión del virus y el colapso de la industria logística, con severos cortes en la cadena de suministros y quiebres de stock de muchos productos.
En este nuevo mundo cobra fuerza el concepto acuñado por Vicente Guallart, ex arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona y fundador del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, en su premonitorio libro de 2012 «La ciudad autosuficiente». Su modelo propone implementar una nueva forma de hacer ciudad, capaz de articular ciclos cortos, proximidades a escala de barrio, economías circulares y soluciones locales.
Guallart ganó el concurso para el diseño de una comunidad de usos mixtos en la nueva ciudad de Xiong’an, China, definiendo un nuevo estándar en la era post-Covid, que se puede aplicar como referente para diferentes ciudades.
La propuesta define un modelo urbano que fusiona las tradicionales manzanas de Barcelona, las modernas torres chinas y el paisaje productivo agrícola. Este nuevo entorno urbano, donde las personas pueden vivir, trabajar y descansar, permitirá a sus residentes producir recursos localmente mientras están conectados globalmente, brindando una vida plena incluso en momentos de confinamiento. «Nuestra propuesta parte de la necesidad de dar solución a las distintas crisis que se están produciendo en nuestro planeta al mismo tiempo, para crear una nueva vida urbana basada en la bioeconomía circular que empoderará a las ciudades y comunidades» dice Guallart.
Es destacable que nuestra capital todavía sea autosuficiente desde el punto de vista alimentario y eléctrico. Según Odepa, en la Región Metropolitana (RM) se produce el 18% del total de frutas y un 30% de las hortalizas del país. Es la región con mayor capacidad instalada de generación eléctrica, correspondiente a un 15% del país, en su mayoría de origen renovable. En otras palabras, Santiago es autosuficiente en los dos frentes, e incluso con superávit.
Sin embargo, las dinámicas de urbanización, parcelaciones y expansión urbana están reduciendo estas capacidades. Si todavía la RM es capaz de satisfacer sus necesidades y aportar al resto del país, ¿qué otras industrias, procesos y actividades podemos escalar localmente para hacer más sustentables nuestras ciudades? Más aún, cuando algunas se encuentran en contextos de climas extremos y remotos.
Para discutir sobre estos escenarios, hoy se realiza en la Universidad del Desarrollo la XII versión del Foro Stgo2041, donde Guallart, como invitado principal, compartirá sus experiencias e ideas con las alcaldesas de Providencia y Ñuñoa, el alcalde de San Joaquín, académicos y ejecutivos de Enel y Siemens.
La relación entre lo planificado y lo indeterminado, la transformación de la idea de periferia por la de barrio autónomo, el alto valor de la producción local de bienes esenciales, y la ciudad global de pequeña escala, que integra producción, ocio y servicios sin localización específica, sin duda constituyen un modelo de ciudad para el futuro, con independencia de todas sus posibles variables de aplicación.