Financiamiento para el desarrollo (II)
Hace poco más de un año, abordé en una columna con el mismo título la propuesta del Gobierno de crear una nueva institucionalidad para el fomento y financiamiento del desarrollo. En lo relativo a la creación de un Banco Nacional del Desarrollo (BND), señalé: “La Corfo ya realiza funciones que son las características de un banco de desarrollo: fondos para capital de riesgo, intermediación de créditos otorgados por instituciones financieras internacionales, garantías crediticias, etc. ¿Para qué crear una nueva institución, cuando bastaría con introducir ajustes en todo aquello que sea necesario y recomendable?
La comisión interministerial que viene trabajando el tema -una de cuyas integrantes es la actual consejera del BC Stephany Grifith-Jones, quien es coautora de un conocido libro sobre la banca del desarrollo, donde se analiza la experiencia de un grupo de instituciones, entre ellos la Corfo de Chile- aún no entrega su propuesta final, pero la información parcial que se ha podido conocer indicaría que esta línea argumental no ha caído en saco roto. Esto, por cuanto la propuesta en la que se trabaja no plantea crear un BND, sino que propone transformar la actual Gerencia de Inversión y Financiamiento (GIF) de la Corfo, que realiza precisamente las tareas antes mencionadas, en una “Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo S.A.” (AFIDE). El objetivo de esta nueva entidad es poder contribuir al financiamiento de empresas de mayor contenido tecnológico -y más riesgosas- que se encuentran en sus etapas iniciales, las cuales no tienen acceso a financiamiento en el actual sistema financiero.
De acuerdo con lo que se ha informado, los accionistas de esta sociedad anónima serán la Corfo y el Fisco; la entidad quedará sometida a la fiscalización de la CMEF y contará con un gobierno corporativo profesional. No cabe duda de que, en su concepción, se trata de una propuesta bastante más razonable que lo inicialmente anunciado, por cuanto transforma algo que ya existe; en teoría, no crea nueva burocracia e incorpora mejores prácticas de gobierno corporativo. Pero se trata de palabras mayores que requieren de algunas definiciones previas, entre ellas las siguientes.
Primero, la GIF de la Corfo actúa como banca de segundo piso, y es ahí donde está su experiencia y conocimiento. ¿La idea es que la AFIDE siga esta misma línea (fondos para capital de riesgo, garantías, intermediación de créditos) o se pretende transformarla en banca de primer piso? Si fuera esto último, el tema cambia absolutamente de cariz, por cuanto ello significaría entrar a un área donde se carece de experiencia tanto para colocar como para cobrar créditos, existiendo entidades privadas que estarían en perfectas condiciones de realizar tales labores en la medida que se estructuren los incentivos requeridos, y que si hasta la fecha no lo hacen es precisamente por la ausencia de éstos, que siguen otra lógica.
Segundo, los BND típicamente tienen acceso a financiamiento de organismos multilaterales, pero también emiten su propia deuda. ¿Está considerado en el caso de la AFIDE que pueda endeudarse? De ser así, ¿cómo compatibilizar esto con los límites de deuda pública globales que hoy afligen al Fisco? ¿Habría garantía estatal? ¿Está en condiciones el Estado chileno de asumir los riesgos financieros de una entidad sin experiencia previa, cuya solvencia de mediano y largo plazo es una incógnita?
Son preguntas clave que requieren de respuestas antes de continuar avanzando en el tema.