Favorable posición de Chile en emprendimiento
En un contexto marcado por el predominio de expectativas negativas para la economía chilena, y cuya tendencia está siendo complejo de revertir, no es fácil encontrar ángulos que permitan consensuar entre los distintos sectores puntos de convergencia para avanzar con una mirada común en pos de un objetivo compartido. Pero los hay, y uno de ellos es la ambición de convertir a Chile en un polo regional de emprendimiento e innovación, entendiendo esto como la creación de espacios para que en nuestro país las personas puedan desplegar toda su capacidad creadora, generando así más y mejores oportunidades para los chilenos, y contribuyendo a incrementar la productividad de la economía nacional.
Un reciente informe publicado por el World Economic Forum y por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) presenta una perspectiva global en materia de emprendimiento, competitividad y desarrollo para una muestra de 44 países —la mayoría de los miembros de la OCDE, entre ellos— a través de tres métricas básicas: emprendimiento en etapas tempranas, medido como la proporción de la población en edad de trabajar que opta por emprender un negocio; emprendimiento «ambicioso», definido como la proporción de quienes esperan crear a lo menos 20 puestos de trabajo en los próximos cinco años; y el emprendimiento innovador, definido como los que ofrecen productos o servicios que son nuevos en el mercado local.
La conclusión más destacable de este estudio es que Chile y Colombia son los únicos dos países de toda la muestra que ranquearon en las primeras posiciones en las tres dimensiones, y respecto de nuestro país habría que destacar que se ubicó en la primera posición en lo que se refiere a emprendimiento en etapas tempranas con perfil innovador.
Este resultado es muy favorable para Chile por cuanto viene a ratificar que el trabajo que se ha venido realizando para posicionarlo como líder regional en materia de emprendimiento e innovación está rindiendo frutos, pero a la vez deja de manifiesto que no estamos solos en esta carrera, y que hay que continuar avanzando para no perder posiciones relativas.
En el caso de Chile, el informe destaca el impulso emprendedor asociado a iniciativas como la creación de empresas en un día, la nueva ley que facilita el reemprendimiento, y que reemplaza a la antigua ley de quiebras, y programas como Start Up Chile, orientados a atraer al país talento emprendedor desde distintos lugares del mundo, poniendo el énfasis en lograr un cambio cultural. En el caso de Colombia, lo que se destaca son los esfuerzos realizados por el país cafetero para otorgarles mayor estabilidad a sus instituciones.
En el plano general, el estudio en cuestión concluye que las economías menos competitivas tienen una mayor cantidad de emprendimientos en etapas tempranas, y que los emprendimientos más ambiciosos e innovadores se dan en mayor proporción en los países más competitivos. La situación de Chile en este sentido escapa a la regla general, lo cual es una muestra más de que, no obstante las falencias que aún persisten en materia de competitividad, lo que se ha avanzado a través de los años y el posicionamiento alcanzado constituyen logros importantes que se deben mantener y consolidar.
Fortalecer una posición de polo regional de emprendimiento e innovación permitirá construir una plataforma robusta para generar en el país las ganancias de productividad requeridas para dar el salto final que nos permitirá cruzar el umbral del desarrollo, derrotar la pobreza, y avanzar en la construcción de un país más inclusivo en cuanto a oportunidades.
Si bien puede haber legítimas diferencias de opinión entre los distintos sectores políticos respecto de cuáles son los instrumentos más eficientes para llevar adelante esta tarea, habiendo acuerdo en lo fundamental, lo que debe prevalecer a la hora de definir políticas públicas es una actitud pragmática y no una guerra ideológica. Y esto vale para los temas tributarios, laborales y regulatorios en general.
Tal como lo dijo en una entrevista reciente el Primer Ministro francés, él no se pregunta todos los días si tal o cual medida que pretende aplicar es o no socialista, sino que lo que cuestiona es si esas medidas son o no eficaces para resolver un determinado problema.
La magnitud del desafío que enfrenta Chile en productividad y la expectante posición en que se encuentra para consolidar una posición de liderazgo en materia de emprendimiento e innovación, tal como está siendo reconocido en instancias internacionales, ameritan abordar el tema con un enfoque similar. No desaprovechemos esta oportunidad.
