Escenario 2014
El escenario político para 2014 se encuentra altamente influenciado por las expectativas que en diferentes ámbitos ha abierto la competencia electoral. En efecto, las demandas estudiantiles en materia de educación y las propuestas de reforma constitucional hoy se combinan con otras incógnitas, tales como quiénes conformarán el futuro gabinete, el rol que jugarán en el futuro gobierno el Partido Comunista, la actitud hacia las protestas, etc. En razón de ello, la encuesta La Segunda-UDD indaga en algunos de estos temas con el propósito de tener una aproximación a los distintos fenómenos en desarrollo.
En primer lugar, está claro que la mayoría de los encuestados cree que el próximo gobierno será muy bueno o bueno (45%) y mejor que el actual (48%), no obstante, los porcentajes que creen que será regular/malo/muy malo o igual/ peor son mayores. A ello se suma el que un 56% cree que su situación económica familiar seguirá siendo igual. Como es obvio, esto se explica en razón de que la base o universo es la población total y no solamente los que fueron a votar el 15 de diciembre pasado; es decir, incluye tanto a personas que votaron, como a los que se abstuvieron. Ahora bien, esto puede tener una lectura pesimista: las cosas no cambiarán, que corresponde a un razonamiento desencantado; pero también es susceptible de una interpretación indiferente: aquí las cosas no van a cambiar radicalmente, no es algo que deba preocuparnos.
En segundo lugar, respecto del tema del nombramiento de ministros comunistas, la mayoría (45%) está en desacuerdo con su incorporación no obstante, un porcentaje no menor (26%) se declara indiferente («no me importa»). Ahora bien, uno de los primeros desafíos del próximo gobierno será evitar que esto impacte la popularidad, y que ello incluya a los indiferentes, en la medida en que se constituya en un «tema» crítico. En todo caso, existe una probabilidad de que el PC termine fuera del gabinete debido a la falta de figuras relevantes, porque todas ellas hoy están en el Congreso, lo que despejaría el tema. Asimismo, es posible que el tema se resuelva por la vía de cargos de segundo orden relevantes (subsecretarías por ejemplo). También existe la posibilidad de que alguno de los parlamentarios actuales renuncie para integrar el gabinete. Cualquiera sea el caso, este puede ser un nudo complejo de desatar.
Lo anterior cobra mayor relevancia dependiendo de la cartera que se integre. En efecto, entre los encuestados que creen que el PC debiera incorporarse al gabinete (29%), un 49% piensa que debiera ser a educación y un 39% a trabajo. Dos carteras atractivas, pero tremendamente conflictivas. Esto resulta particularmente relevante si se piensa que frente a la pregunta de qué atributos debiera tener un mejor ministro de Educación, un 48% considera que debe ser un «técnico o especialista».
Tercero, una dimensión que puede tener importantes consecuencias en los primeros meses del próximo gobierno en materia de popularidad, guarda relación con las expectativas sobre el comportamiento de éste (el gobierno) en relación a las protestas y movilizaciones sociales.
En efecto, la mayoría piensa que las movilizaciones serán más activas (47%) y que el gobierno será más débil que el actual en relación a los encapuchados (43%).
Finalmente, no deja de llamar la atención que a pesar de que no existe claridad de cómo será la relación entre oposición y gobierno (conflictiva o de acuerdo), aparece con bastante claridad que para el «cumplimiento del programa» se espera que sea a través de acuerdos con la oposición (77%). Esto que constituye una aspiración (un «debería») también se constituye como un criterio de evaluación y popularidad, tanto de la futura oposición como del gobierno; en consecuencia, será un eje relevante que será manejado por cada bloque.