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UDD en la Prensa

En forma para el verano

 Victoria Halabí Rodríguez
Victoria Halabí Rodríguez Directora carrera Nutrición y Dietética

Una alimentación saludable y una rutina semanal de ejercicios resultan claves para que hombres y mujeres estén en el peso ideal durante todo el año. La tarea es difícil, pues las tentaciones gastronómicas nos acompañan en nuestro diario vivir, pero con fuerza de voluntad e ingenio, se puede.
En primavera, mirarse al espejo provoca más de un mal rato. Los pantalones quedan más apretados y algunos «rollitos» se asoman inevitablemente, pero no podía ser de otra manera. Toda una serie de alimentos nos entregan gran placer al consumirlos, pero por desgracia nos regalan muchísimas calorías. ¿Lo que viene? Hacer dieta e ir al gimnasio si queremos un verano sin polera.
Lo ideal sería que siempre estuviéramos en forma, para no sufrir con las restricciones que implican los regímenes, pero la verdad es que tomamos conciencia de los kilos que sobran en octubre, ya que el verano está ad portas y el uso del traje de baño y de ropa ajustada es inminente.
Lo que debiéramos hacer para evitar los kilos demás y las terapias intensivas o express para ponernos en forma es cuidarnos todo el año. La tarea es difícil, pero no imposible. Algunas recomendaciones para bajar de peso son mantener horarios para la alimentación, ya que necesitamos tener horas establecidas para comer. Lo recomendable es comer entre 4 y 5 veces al día para así no pasar más de 4 horas sin ingerir alimentos. Con la ingesta fraccionada de comida mantenemos estable la glicemia y eso evita la ansiedad que muchas veces nos lleva a comer en forma desmedida.
También es importante ingerir mucho líquido, entre litro y medio y dos litros, ya que favorece la hidratación y produce sensación de saciedad. Lo mejor es que sean líquidos calientes, ya que la sensación de saciedad es mayor. Se deben evitar los líquidos con gas, pues aumentan la aparición de celulitis. Asimismo las bebidas deben ser bajas en sodio para no retener líquido y para que la presión arterial no suba.
Otra clave es la fibra de las frutas y verduras, porque ayuda a mantener el tránsito intestinal. De preferencia deberíamos consumir frutas con cáscara y verduras de hoja verde. También podemos incluir fibra a través de cereales tales como chia, salvado y linaza. Importante es controlar la cantidad de carbohidratos, lo que no significa eliminar de raíz el pan, las legumbres, los cereales, pero debe ser poca. En tanto, los carbohidratos de absorción rápida (los que contienen azúcar y miel) deben ser reducidos a la mínima expresión.
En las actividades sociales se debe privilegiar el vino y el espumante frente a los licores destilados (ron, pisco, vodka, etc.) y los picoteos en base a aceitunas, champiñones, brochetas de verduras, cebiches, tablas de verduras con salsa de yogurt y ciboulette o tablas de carnes blancas y/o mariscos.