Elogio a los urbanistas
La ciudad está entre las innovaciones más importantes de la historia de la humanidad. Es la plataforma donde se funda la política (polis), se cultiva la cultura y donde se establece el domicilio de más de la mitad de la humanidad y cerca de un 90% de los chilenos. La aglomeración y el intercambio son condiciones propias de la ciudad, como el lugar donde toma forma el intercambio de bienes, servicios e ideas; así como el domicilio, ciudadanía y vida en sociedad.
Las ciudades chilenas están prontas a cumplir 500 años de su fundación, y hoy vemos cómo las dramáticas dinámicas de desarrollo de nuestro país están tensionando la relación entre ciudad y ciudadanos.
No sólo en términos de conflictos urbanos, problemas sociales de la segregación urbana, contaminación ambiental o congestión vehicular sino también en cuanto a la calidad de vida que esperamos tener ese 90% de chilenos a futuro.
En este sentido, cobra relevancia el trabajo que realizamos quienes nos dedicamos a la ciudad. No se trata de autocomplacencia, ya que aún somos pocos, estamos al debe con el país y los desafíos que enfrentamos son crecientes, sino más bien de visibilizar la labor de aquellos que han sido capaces de diagnosticar, analizar, planificar, proyectar, gestionar e implementar aquellas políticas, regulaciones, proyectos o programas que han logrado armonizar esta compleja relación entre medioambiente social, construido y natural.
Hace unas semanas, el Presidente de la República anunció la convocatoria para reconocer al próximo Premio Nacional de Urbanismo. Esta será la sexta versión del galardón que en ocasiones anteriores reconoció el legado de figuras tan relevantes como Juan Parrochia, Juan Honold y Pastor Correa, visionarios que crearon el primer Plan de Transportes y Plan Regulador Metropolitano de Santiago en 1960, dando origen al Metro de Santiago y la infraestructura sobre la que se basa el desarrollo de la capital; o el innovador trabajo de Miguel Eyquem en la Cormu, la humanidad de Ignacio Santa María y su trabajo docente por combatir la pobreza urbana, finalizando con Germán Bannen, artífice de la reconfiguración de Providencia, desde ciudad jardín a centro urbano metropolitano, manteniendo y mejorando su calidad de vida. Así como ellos, estoy seguro de que existen ejemplos notables en nuestros barrios, municipios y ciudades. No es necesario que sea arquitecto o ingeniero para postular, sino más bien un profesional o grupo de profesionales chileno, en vida o forma postuma. comprometido con la resolución de los problemas de la ciudad.
El llamado es a buscar a esta persona cuyo aporte a la calidad de vida de nuestras ciudades merezca ser reconocido e imitado. Lo hermoso del proceso es que la nominación debe venir de la propia sociedad civil: universidades, organizaciones gremiales, servicios públicos, fundaciones organizaciones sociales y ONG que tienen la oportunidad de mostrar al país que sí existen líderes y prácticas urbanas relevantes dignas de reconocer. El plazo para presentar los candidatos vence el próximo lunes las bases están en la web del Minvu.
Cada generación tiene la ciudad que se merece, y es nuestra obligación iluminar a los futuros ciudadanos con el ejemplo y elogio a estos urbanistas notables.