El resurgimiento de la agenda valórica en la Cuenta Pública
Como todos los años, la Cuenta Pública presidencial, tenía diversas expectativas, especialmente dependiendo del sector político que se preguntara y, claramente, no todos ellos quedarían conforme con los temas planteados… Y eso no sorprendió a nadie, especialmente, con el resurgimiento de temas vinculados con la llamada agenda valórica. Esta instancia tradicional y republicana de nuestro país es fundamental para dar a conocer el estado de los logros y avances del gobierno, pero además establecer los lineamientos generales de los proyectos que se buscarán implementar en estos, casi dos años que quedan de gobierno, la cual, en esta oportunidad generó bastante polémica.
En casi 3 horas de discurso, el presidente estableció 6 áreas prioritarias, donde claramente los temas relacionados con seguridad y economía abarcaron la mayor cantidad de tiempo del discurso del presidente. El hecho de que se haya dedicado extensamente en ambos temas no sorprendió, principalmente, pues la llamada agenda de seguridad y la necesidad de una reactivación económica son temas presentes todos los días en las conversaciones habituales, no solo de los noticieros y encuestas de opinión pública, sino también en los temas de conversación cotidianos de la ciudadanía. Probablemente, quienes participan en grupos de WhatsApp con vecinos se encuentran con que la delincuencia es una de las temáticas más habituales en las conversaciones entre sus miembros.
Pero claramente, la discusión posterior de los diferentes actores políticos no tuvo que ver con las medidas relacionadas con la agenda de seguridad (tanto las que ya se están implementando, como las mencionadas para discutirse en los próximos meses), ni con las medidas de estabilización económica, donde incluso llegó a indicar que «en esto me pueden cobrar la palabra» cuando expuso un escenario económico mayoritariamente positivo en lo que resta de su gobierno. Sino que el resurgimiento, con fuerza, de la agenda valórica se tomó la discusión desde el minuto en que el presidente empezó a plantear la revisión del reglamento para mejorar la aplicación de la ley de aborto en 3 causales, la presentación de un proyecto de ley de aborto legal, que motivó que algunos diputados de oposición hicieran abandono de la Cuenta Pública y, además, puso suma urgencia al proyecto de eutanasia que está en el Congreso. Para algunos el tema del aborto divide al país; para otros, es una estrategia para «desviar la atención»; para otros, un tema que hay que discutir como país. Sin embargo, se puede analizar como una estrategia política del gobierno. El proyecto se presentaría a fines de este año, cuando la carrera presidencial y parlamentaria esté más estructurada, lo que implicará que deberá haber definiciones sobre estos temas entre quienes vayan a participar en la competencia electoral. Pero también puede ser aprovechada como una estrategia de negociación, no solo por parte del gobierno, sino también por parte de otros sectores políticos, para conseguir apoyos en los diferentes temas de discusión legislativa que desarrollarán en los próximos meses. Lo que es importante en este tema es con cuánto apoyo legislativo contará este tipo de iniciativas, no vaya a ser que, como dice el dicho popular, el gobierno «vaya por lana y salga trasquilado».