El espejismo de los sueldos en UF
Las propuestas populistas suelen emerger en épocas de crisis económica y altos niveles de incertidumbre, con la promesa de solucionar los problemas que aquejan a la mayoría de la población, especialmente a los más humildes. Es el caso de fijar sueldos en Unidad de Fomento (UF) para enfrentar la espiral inflacionaria en Chile, que alcanzará un 13% en los últimos 12 meses móviles, la más alta en 30 años. Ante el silencio de los economistas, algunas voces inexpertas alimentan la promesa de que la fijación de salarios en UF es el antídoto contra el alza del costo de vida siendo que, por el contrario, es un espejismo que solo exacerbaría los riesgos de recesión económica.
La UF es una unidad de conversión creada en 1967 para proteger los contratos financieros y el mercado de la vivienda, la que se reajusta diariamente con la inflación de acuerdo con el incremento de precios incluidos en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Los sueldos dependen de la productividad marginal descontada (PMD): la estimación empresarial de cuánto el trabajador contribuirá a la producción total de la empresa. Si a los trabajadores se les paga más de su PMD, la empresa será menos competitiva porque pagará más de lo que su trabajo aporta. En el caso contrario, si los salarios son inferiores a su PMD, los trabajadores tendrán incentivos a marcharse. Entonces el empresario tenderá a fijar los salarios según la PMD de cada trabajador.
En caso de implementarse una medida como ésta, los sueldos en UF harían aumentar diariamente los costos de las empresas. El incremento de estos se transferiría a precios, presionando una “guerra” de salarios y precios en un espiral inflacionario. El empleo se vería gravemente perjudicado porque, si el salario supera la PMD del trabajador, el empleador reemplazará mano de obra por tecnología. El resultado es la quiebra de las empresas menos solventes, especialmente Pymes, y una limitante en la generación de empleo para los nuevos emprendedores.
Hoy requerimos de un Banco Central independiente que actúe para alcanzar la meta de inflación del 3% anual (que incluso se podría reducir al 1%) y de medidas concretas para aumentar la productividad y fomentar el ahorro y la inversión. Solo así se logrará una economía en desarrollo que generen más empresas, única forma real de aumentar el empleo y la recaudación tributaria permanente para enfrentar los desafíos de un crecimiento sostenido sin afectar a las generaciones futuras.