Hero Image

UDD en la Prensa

El engranaje y la máquina

 Pablo Allard Serrano
Pablo Allard Serrano Facultad de Arquitectura y Arte

En los últimos días hemos visto desencuentros entre autoridades e inmobiliarios para habilitar un tramo de la Av. Costanera Sur en el sector oriente. Esta obra fue ejecutada y financiada como mitigación vial del proyecto Parque Titanium. Si bien Costanera Sur cumple con las exigencias y abre una alternativa para evitar el cuello de botella que se produce en la rotonda Pérez-Zujovic, que esté terminada no necesariamente justificaba abrirla.
Si tomamos la analogía de la ciudad como una máquina, el hecho de que tengamos un engranaje bien calibrado no necesariamente indica que la máquina va a funcionar bien. Mientras no tengamos otras piezas clave de la misma en condiciones de operar, el daño puede ser mayor que la espera. Esto es lo que pasó con Costanera Sur, ya que al tiempo en que se aprobó y ejecutó, todavía se trabajaba en los diseños e ingeniería de otras obras que mejorarán la conectividad en el sector, en el denominado megaproyecto Santiago Centro Oriente (SCO). Una vez avanzados los estudios, se determinó que para que la máquina funcione óptimamente se requiere demoler y reconstruir un fragmento de la vía ya terminada, razón por la cual las autoridades decidieron postergar su apertura.
Muchos pensarán que es un despilfarro demoler algo antes de inaugurarlo, pero la ciudad es un ente dinámico que tiene que estar abierta a cambios de contexto. Es más, aunque no fuese necesario demoler, la eventual puesta en marcha de Costanera Sur sin tener la necesaria coordinación con las obras de SCO podría ser incluso peor, ya que parte importante de la congestión se derivaría aguas arriba y aguas abajo, especialmente en Av. Monseñor Escrivá, en la ya saturada rotonda Carol Urzúa. Gracias a Dios, y en coordinación entre los municipios y el MOP finalmente se resolvió abrir parcialmente Costanera Sur en sentido unidireccional y reversible, de manera de ir evaluando la reasignación de viajes para orientar mejor el diseño definitivo de SCO y el resto de la red. En una de esas, si Costanera Sur resulta ser exitosa, algunos proponen continuarla hasta plaza San Enrique.
¿Se podría haber hecho mejor? Sí y no. De un tiempo las dinámicas urbanas han sobrepasado la capacidad de nuestros instrumentos de planificación, y no podemos seguir con la fragmentación sectorial presente.
Vale destacar que en este vergonzoso contexto la autoridad ha tomado cartas en el asunto. Por un lado el Ministerio de Transportes se ha reestructurado para establecer con claridad funciones de planificación y ejecución de obras viales y transporte urbano. Obras Públicas ha iniciado una nueva metodología integral de diseño e inserción urbana de sus proyectos a partir de la experiencia de Américo Vespucio Oriente. El Minvu ha introducido un proyecto de ley que reemplaza los Estudios de Impacto al Sistema de Transporte Urbano por un sistema de pagos por impacto que irán directamente a financiar una cartera de proyectos de vialidad y espacio público priorizados por los municipios.
Todo lo anterior vendrá avalado por la pronta promulgación de una nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano, que presenta orientaciones concretas para que quien construya, mantenga y opere esta compleja máquina, lo haga de forma más armónica.
La eventual puesta en marcha de Costanera Sur sin tener la necesaria coordinación con las obras de Santiago Centro Oriente podría provocar diversos inconvenientes.