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UDD en la Prensa

El Elemento

 Daniel Contesse Strauss
Daniel Contesse Strauss Vicerrector de Innovación y Desarrollo

He estado leyendo un libro muy interesante llamado El Elemento, escrito por Ken Robinson. Este libro nos llama a reflexionar sobre lo distinto que somos todos y sobre cómo las recetas generales fracasan cuando se trata de desarrollar en los niños todo su potencial.
El autor sostiene que el sistema educativo debería adaptarse a los estudiantes para que éstos puedan perseguir eso que él llama el «Elemento», que es aquello que podemos hacer bien y con gusto y que nos termina por ofrecer un futuro lleno de realización personal y profesional.
El libro me hizo recordar la discusión sobre el modelo de educación nacional y las propuestas que el gobierno está haciendo. Todas las ideas tienen un patrón común: más control y estandarización. Todas las medidas hablan de definir de manera más restrictiva cómo se debe hacer educación en Chile.
Quiero llamar la atención sobre el hecho que todas estas propuestas apuntan a tener menos diversidad de proyectos. No hay una sola medida que apunte a aumentar la diversidad, a dar incentivos para desarrollar nuevas y mejores propuestas. Solo hay más reglas fijas, más estándares, más prohibiciones, más dificultades para emprender nuevos proyectos. Si las propuestas son implementadas, necesariamente terminaremos con un sistema menos diverso, más homogéneo, lo que parece ir totalmente en contra de lo que deberíamos hacer en el siglo XXI. En vez de estar discutiendo sobre la propiedad de la infraestructura, quiénes pueden o no pueden emprender en educación, o sobre reglas generales para regularla, el gobierno debería estar diseñando políticas públicas que favorezcan el nacimiento de nuevos proyectos educativos, proyectos que vayan en la dirección de atender las necesidades e intereses particulares de distintos grupos de alumnos, bien sintonizados con las necesidades del siglo XXI. Sin embargo, hace todo lo contrario: homogeniza y dificulta el nacimiento de nuevos proyectos.
Quisiera ver un gobierno interesado en promover distintas maneras de hacer educación, leyes que dejaran espacio para innovar y probar nuevas formas, un país que buscara la mejor manera de educar a sus ciudadanos para el siglo XXI. La única manera de lograr esto es dando más libertad y no menos; atrayendo a más personas capaces a la educación; entregando más señales a favor de innovar. De esta forma, se pueden generar oportunidades para que nuestros niños encuentren su propio «Elemento» y, así, realizarse como personas.