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UDD en la Prensa

Educación y clase media

 Federico Valdés Lafontaine
Federico Valdés Lafontaine Rector

Un reciente informe del Banco Mundial (BM) sobre América Latina y el Caribe reveló un aumento de 50% en el número de personas que pasaron a integrar la clase media en la década pasada, calificando esta evolución como un hecho histórico en un continente marcado por una mala distribución de la riqueza.
En la región, la clase media constituye un 30% de la población total y el 43% de ella cambió de clase social en el período comprendido entre 2003 y 2009, que abarca el estudio.
Los investigadores del BM definieron la clase media de acuerdo al nivel de ingreso. Una persona pertenece a este grupo si gana entre US$ 10 y US$ 50 al día (expresados en PPA Paridad de Poder Adquisitivo) o si se trata de una familia de 4 miembros que tienen in gresos entre los US$ 14.600 y US$ 73.000 anuales. Esta definición introduce el concepto de seguridad económica, pues establece que esas cifras permiten una mayor resiliencia a shocks económicos y una menor probabilidad de volver a caer en la pobreza.
Al dar a conocer este estudio, el Presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, destacó los factores claves que impactan en la movilidad social. Esto es, mayores niveles de edu cación de los trabajadores, una mayor proporción de personas que trabajan en el sector formal, mayor urbanización, más mujeres en la fuerza laboral y familias más pequeñas.
Para el caso de Chile, el reporte señala que nuestro país es uno de los países que ha presentado mayor movilidad social. Un 12% de los chilenos, es decir, 1.9 millones de personas, logró ascender socialmente en los seis años contemplados por el BM. Como se ha mencionado, el acceso a la educación impulsa la movilidad social permitiendo que un mayor número de personas pasen a engrosar la clase media. El estudio remarca que las medidas que se han implementado en Chile, en torno a igualar oportunidades de acceso a la educación y la política de créditos universitarios a los alumnos, han sido factores determinantes en el buen desempeño nacional.
Estos avances no habrían sido posibles sin la creación de un sistema de educación superior privado, capaz de acoger a un creciente número de jóvenes que completaban su educación secundaria y que aspiraban a alcanzar a este nivel educativo. Para dar cuenta de la relevancia del sector privado en este ámbito, basta mencionar que más de la mitad (55%) de quienes cursan estudios superiores lo hacen en instituciones privadas. Y un dato que no, por repetido, es menos relevante: Siete de cada 10 jóvenes chilenos son los primeros de sus familias que cursan estudios superiores.
Y aunque existan criticas justificadas a la calidad del sistema y a la necesidad de mejoras importantes, al final de cuentas, profesionales y trabajadores mejor educados permiten progresos en la movilidad social como los observados en el estudio del Banco Mundial.
La movilidad es. desde el punto de vista del bienestar, más importante que el porcentaje de pobres y la mala distribución del ingreso. En efecto, las sociedades con mayores niveles de movilidad tienen mayor crecimiento económico, son percibidas como más justas y garantizan mayor estabilidad social y política.
En la región, la clase media constituye un 30% de la población total y el 43% de ella cambió de clase social en el período comprendido entre 2003 y 2009, que abarca el estudio.